No pongan su confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar.
Salmo 146:3.
Lectura: Salmo 146:1-10. Versículo del día: Salmo 146:3.
MEDITACIÓN DIARIA
No sé por qué tenemos la tendencia a confiar en las
personas que se nos antoja son fuertes o inteligentes, porque las vemos como
únicas en determinado campo. En estos casos no vale la pena la plata, el
estrato, la educación. Todo esto nos puede confundir y llevarnos a depositar
nuestra confianza en alguien que no la merece y que además puede llegar a herir
nuestros sentimientos.
Dice la lectura lo siguiente: “Dichoso aquel cuya
ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios” (v. 5). Sí;
Dios es el Único confiable. Por eso pongamos la mirada solamente en el Dios,
creador de cielos y tierra; del mar y todo lo que hay en él (v. 5). Si nos
ponemos en sus manos vamos a salir adelante. Recordemos que Satán es el padre
de la mentira (Juan 8:44) y no va a soltar tan fácil su presa. Él anda como
león rugiente buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8); es el engañador por excelencia.
Siendo el padre de la mentira le queda fácil volvernos ilusos para desviarnos
del perfecto Maestro que tenemos y depositar nuestra mirada en gente aparente.
Amado Señor: te rogamos que seas Tú mismo a través de
tu Santo Espíritu, abriendo nuestros sentidos para no dejarnos llevar por las
apariencias y depositar nuestra fe en lo que es falso y sutil. Gracias bendito
Dios por mostrarnos tu amor y enseñarnos a confiar plenamente en Ti. ¡Te
alabamos y te adoramos!
Un abrazo y bendiciones.
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