Porque surgirán falsos ‘Cristos’ y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. Fíjense que se lo he dicho a ustedes de antemano.
Mateo 24:24-25. NVI.
Lectura: Mateo 24:1-28. Versículos del día: Mateo 24:24-25.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús hablándoles a sus discípulos sobre los
hechos que enmarcarán el final de los tiempos hace alusión a los que se pasarán
por Cristo y a los falsos profetas. Dice que engañarán incluso, a los elegidos;
y pongámosle bastante atención a la advertencia: “Fíjense que se lo he dicho a
ustedes de antemano”.
Muchas veces pasamos por encima de la Escritura y no
nos percatamos de su profundidad. Ahora nosotros somos sus discípulos y debemos
de tener bien claras las palabras del Señor. El mismo Jesús nos está alertando
para que no nos dejemos engañar. Con las comunicaciones tan avanzadas como
están hoy, vemos y escuchamos por doquier Palabra de Dios y que se habla del profeta
tal y del profeta fulano y nos asombramos de sus predicaciones e incluso como
dice el versículo: “harán grandes señales y milagros”, con lo que confundirán a
los escogidos. Hay que estar alertas y pedirle al Espíritu Santo discernimiento
y sabiduría para no dejarnos llevar por ellos. Son guías ciegos.
Por eso como recomendación especial, hay que estudiar
la Palabra de Dios y profundizar muy bien en la vida del predicador o pastor. “Así
que por sus frutos los conocerán. No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará
en el reino de los cielos” (Mateo 7:20-21). Es fácil caer en la trampa porque
solamente miramos lo externo, pero no examinamos lo de adentro; los ojos y el
entendimiento deben entonces estar bien abiertos para poder discernir al verdadero
o falso predicador.
Amado Señor: gracias por alertarnos sobre este tema.
Tú lo conoces todo y sabes mejor lo que está sucediendo y seguirá de aquí en
adelante. Permite que tu Santo Espíritu venga a ayudarnos a examinar y que no
caigamos como necios por falta del conocimiento de tu Palabra. Gracias bendito
Jesús. ¡Te alabamos y bendecimos tu Santo Nombre! ¡Aleluya!
Un abrazo y bendiciones.
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