viernes, 13 de julio de 2018

Decir y hacer son el verdadero testimonio


Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas.
 Mateo 23:4 NVI.

Lectura: Mateo 23:1-12.  Versículo del día: Mateo 23:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Palabras muy duras pero ciertas que el Señor Jesús le dijo a la gente y a sus discípulos hablándoles de los fariseos y maestros de la ley. “Los maestros de la ley y los fariseos tienen la responsabilidad de interpretar a Moisés. Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican” (vv. 2-3). O sea, como el dicho: ‘el cura predica pero no aplica’; y sí cargan a los demás con lo que no tiene importancia dejando a un lado lo principal.
Infortunadamente ahora se ve mucho de esto: se predica con palabras que convencen; incluso los fieles salen tocados y alabando como gran ungido al pastor o predicador, pero cuando se va a mirar el testimonio de esa persona deja mucho que desear. ¡Qué triste! En su corazón solo hay ínfulas de grandeza y poder y se creen más, solo por el hecho de ser mensajeros de Jesucristo. Sin embargo, el Señor afirma: “El más importante entre ustedes será siervo de los demás. Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (vv. 11.12). El decir y el hacer son el verdadero testimonio.
Amado Señor: permite que siempre demos testimonio de lo que decimos ser como cristianos. Que no seamos piedra de tropiezo para nadie y menos para los débiles en la fe o los que aún son niños espirituales. Señor, que entendamos el valor tan grande que tiene nuestro testimonio y nos preocupemos por hablar menos, demostrando más. ¡Gracias bendito Maestro!
Un abrazo y bendiciones,
Dora C.

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