jueves, 19 de julio de 2018

Dios bendice al generoso con el pobre


Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. 
Proverbios 19:17. NVI.

Lectura: Proverbios 19:1-29.  Versículo del día: Proverbios 19:17.

MEDITACIÓN DIARIA

En un mundo corrupto y desigual como en el que vivimos, muy seguramente se ve al pobre como de menos categoría o estrato. La misma sociedad lo hace a un lado y ni siquiera a su familia le es de agrado. Aquí mismo la Palabra de Dios nos lo dice con este Proverbio: “Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra” (v. 7). Y es que para el mundo vale mucho más el corrupto con plata que el pobre intachable. “todos son amigos de quienes reparten regalos” (v. 6b). Infortunadamente es lo que más vemos en tiempo de elecciones: el clientelismo sale a flor de piel; y tanto es corrupto el que ofrece como el que recibe.
Pero volvamos al pobre. Hay una manera fácil de detectar a los verdaderos amigos: en la pobreza y crisis económica. Porque cuando se tiene, todos son ‘amigos’ del pudiente; pero tan pronto ven que las cosas cambian, ni siquiera vuelven a buscarlo porque su amistad estaba basada en lo material. Por eso hay que mirar muy bien a quienes les damos el apelativo de ‘amigo’.
Para aquellos que saben apreciar las amistades y en momentos de angustia tienden su mano generosa, Dios les tiene un premio: recibirán mucho más de lo entregado. “es hacerle un préstamo al Señor”, y el Señor no se queda con nada guardado: va acumulando intereses para cuando llegue el momento ponerlos sobre la mesa. Por eso también nos afirma la Escritura lo siguiente: “Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan” (Proverbios 11:24); “Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio” (Lucas 6:38 NTV).
Conociendo tanto beneficio de parte de Dios que no miente ni engaña y que no lo hace por buscar adeptos, empecemos a practicar el dar a los necesitados. El dicho de: ‘De hoy por ti, mañana por mí’, es muy cierto. Vivimos en una ruleta en la que no sabemos cuándo cae, en perder.

Amado Señor: te rogamos para que en nuestro corazón siempre esté el don de la generosidad. Enséñanos a dar sin medida alguna; solamente por querer hacer el bien. Gracias Señor porque Tú eres el mejor inversionista y Contigo vamos seguros al ser generosos con el pobre.  ¡Bendito eres buen Dios y Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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