Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y disposiciones del Señor, y ellos respondieron a una voz: Haremos todo lo que el Señor ha dicho.
Éxodo 24:3 NVI.
Lectura: Éxodo
24:1-18. Versículo del día: Éxodo 24:3.
MEDITACIÓN
DIARIA
Este pueblo
que dijo que haría todo cuanto el Señor les había ordenado, fue el mismo que
más tarde,
al ver que Moisés no bajaba del Monte, resolvió con la ayuda de
Aarón levantar un becerro de oro para adorarlo. ¡Qué pronto olvidaron las leyes
de Dios! (Éxodo 32:1-6).
Lo triste
es que no son solamente ellos, somos todos: ustedes y yo. Se nos olvida muy
fácil lo que Dios nos manda en su Palabra y resultamos haciendo lo que no
queremos; lo que no agrada a Dios. Hoy hacemos votos para cumplir una promesa y
mañana ya nos echamos para atrás. Por eso dice Salomón: “No te apresures ni con
la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna”; “Cuando hagas un
voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios: cumple
tus votos: más vale no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos” (Eclesiastés
5:2 y 4-5). Fijémonos que el versículo 2 de Eclesiastés nos dice que no nos
apresuremos ni con la boca ni con la mente. No es solamente hablarlo; va mucho
más allá: ni pensarlo siquiera porque ya se transforma en promesa y si no la
cumplimos estamos faltando a la verdad.
“Moisés
tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo: Esta es la sangre del pacto
que, con base en estas palabras el Señor ha hecho con ustedes” (v. 8 en la lectura).
Un pacto que no se cumplió porque los israelitas le fallaron a Dios. El Señor
permita que nuestros corazones sean dóciles a su Palabra y no solamente la
memoricemos, sino que la practiquemos en verdad, para no quedarle mal a nuestro
Dios.
Padre Eterno:
te pedimos perdón por las tantas veces que te hemos fallado diciendo una cosa y
haciendo todo lo contrario. Por favor, ven en nuestra ayuda y envía a tu Santo
Espíritu para que, por medio de Él, comprendamos el valor de la sangre
derramada en el Nuevo Pacto con tu Hijo amado. Igual, aprendamos a cumplirte lo
prometido y a portarnos como verdaderos hijos tuyos. Muchas gracias Papito
Dios. ¡Adoramos y bendecimos tu Nombre por siempre!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario