martes, 31 de julio de 2018

Habitar en tu casa es caminar a tu lado


Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas. 
Salmo 61:4. NVI.

Lectura: Salmo 61:1-5.   Versículo del día: Salmo 61:4.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Qué mejor que buscar refugio y protección en los brazos del Señor! David lo sabía muy bien y por eso en sus Salmos le pedía que Él fuera su libertador, su roca, su escudo y su más alto escondite (Salmo 18:2). Y es que ‘habitar en su casa para siempre’ es permanecer en su presencia y recibir con ello toda la bendición que trae consigo. Una bendición que no solamente nos compete a nosotros, sino que, por nosotros llega a todos los que nos rodean con prosperidad, paz, seguridad y bienestar. Habitar en su casa para siempre es en donde aprenderemos, lo que es el Señor ir a nuestro lado tal como iba con sus discípulos camino a Emaús y empaparnos de su conocimiento (Lucas 24:13-35). ¡Aleluya!
Si papá y mamá siempre están listos para abrir sus brazos a su niño que busca calor y protección, con mayor razón los brazos de Papá Dios están disponibles para sus hijos sea a la hora o lugar que se encuentren, para brindarles también consolación y amor en su refugio seguro. No hay que dudar a quién acudir en momentos de angustia: “Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración”; “Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo” (vv. 1 y 3 en la lectura). Anhelemos habitar en su casa para caminar a su lado.

Mi Señor y mi Dios: Gracias por tenerte ahí, siempre pendiente de nosotros. Gracias por ser tan sorprendente y saber que puedes caminar a nuestro lado escuchándonos y llenándonos de tu gozo, consuelo y protección. Gracias porque podemos contar Contigo en cualquier situación y estás listo para rodearnos de tu amor y perdón. ¡Es maravilloso estar a tu lado! ¡Es maravilloso oírte en el murmullo de las aguas, en el trinar de los pajaritos, en el roció de la mañana y hasta en la fila de los paticos que marchan presurosos hacia un lugar de refugio!  Tus obras buen Dios: Tus obras son majestuosas y lo hermoso, lo hermoso es que somos parte de esa grandiosa obra. ¡Gracias, muchas gracias mi Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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