Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen a tu monte santo, que me lleven al lugar donde tú habitas.
Salmo 43:3.
Lectura: Salmo
43:1-5. Versículo del día: Salmo 43:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Este Salmo es la continuación del anterior. Todavía se
aprecia la aflicción del Salmista y por eso le clama al Señor para que le envíe
la luz y la verdad y él pueda subir al monte santo; el lugar donde Dios habita.
En la predicación del domingo anterior aprendí algo de
lo cual no me había percatado y tiene que ver con el versículo de hoy. Está en
Hebreos 12:18-22, donde nos habla claramente que nosotros no nos hemos acercado
al monte Sinaí que es el monte de la ley. Ahora hemos llegado al monte Sión; a
la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial. Estamos diría yo, en el
monte de la gracia. Hemos llegado allí por Jesús, el mediador del nuevo pacto
entre Dios y la gente por su sangre derramada en remisión por nuestros pecados
(Hebreos 12:24). Teniendo en cuenta lo anterior, que nuestra oración sea
agradeciendo a Dios porque ya conocimos la luz y la verdad en Cristo Jesús y
por ende estamos en el monte Sión. Desde allí podemos acercarnos a Dios y estar
en continua relación con Él.
Amado Señor: muchas gracias por permitirnos vivir en
el tiempo de la gracia. Enséñanos Señor a amar, disfrutar y defender ese regalo
maravilloso que nos has dado para gozar de tu presencia desde aquí en la tierra
alabando y adorando tu Nombre por siempre y para siempre. ¡Bendito eres Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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