―Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos.
Mateo 18:3.
Lectura: Mateo 18:1-9.
Versículo del día: Mateo 18:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Esto les contestó el Señor a sus discípulos cuando le
preguntaron quién era el más importante en el reino de los cielos. No solamente
da el ejemplo con los niños, sino que a la vez advierte que quien haga pecar a
algún pequeño, más le valdría que le ataran al cuello una piedra enorme y lo
hundieran en el fondo del mar (v. 6). Con esto personalmente creo que el
castigo para ellos será horrendo. Todos los violadores y abusadores de los
niños no saben lo que les espera porque bien dice además la Biblia que:
“¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31). El Señor
prosigue su enseñanza y va más allá al afirmar: “¡Ay del mundo por las cosas
que hacen pecar a la gente! Inevitable es que sucedan, pero ¡ay del que hace
pecar a los demás!” (v. 7). Es tan fuerte ese ‘Ay’ que es preferible perder una
mano, un pie o un ojo antes que por causa de ellos pecar e ir a parar al
infierno (v. 8).
Como cristianos que decimos ser, nos corresponde dar
testimonio con nuestra propia vida y me atrevería a decir que principalmente
cuidando la lengua. ¡Dios mío! Estoy aterrada de las barbaridades que leo en
las redes sociales respecto a la Dra. Viviane Morales por haberse retirado de
la contienda electoral. ¡Terrible! Palabras que supuestamente vienen del pueblo
cristiano. Y no solo con ella, con todos los aspirantes es igual. Pienso que,
si bien somos libres de expresarnos, eso no da derecho para levantar el dedo
acusador y juzgar a priori solo porque tal o cual, no es el candidato de
nuestros afectos. Se nos olvida que con esa misma medida también seremos
juzgados.
Cuidémonos de hacer caer especialmente a los niños y a
los débiles en la fe; y aprendamos a pensar antes de hablar juzgando a los
demás.
Amado Señor: Gracias por tener tan en alta estima a
nuestros niños. Enséñanos a ser como ellos y no permitas que el pecado se
ensañe con ellos. Oramos por todos los niños del mundo que en distintas partes
son maltratados, vulnerados y violados. Te rogamos una protección especial para
estos chiquillos y que los libres de las garras del maligno. Te agradecemos
Señor por tu inmensa bondad. ¡Bendito Eres por siempre!
Un abrazo y bendiciones.
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