Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor.
Mateo 20:26.
Lectura:
Mateo 20:20-28. Versículo del día: Mateo
20:26.
MEDITACIÓN
DIARIA
¡Cuánto
cuesta hacernos siervos de los demás! Es bien cierto que se puede tener el don
de servicio, pero estar dispuestos a servir constantemente e incondicionalmente
no es fácil. Sin embargo, todos decimos que queremos hacer la voluntad de Dios,
que queremos ser como Él. Pero entonces, me pregunto: ¿solamente en lo que nos
parece queremos ser iguales? Es que estamos tan acostumbrados a dar tan
poquito, que no somos capaces de entregarlo todo. El Señor dice que si queremos
ser sus discípulos debemos negarnos a sí mismo, tomar la cruz y seguirlo (Lucas
9:23). Y ahí está la clave ‘negarse a sí mismo’; para nada es cómodo.
A veces el
mismo deseo de sobresalir, de no querer ser uno del montón, un don nadie, nos
hace olvidarnos de la humildad y sin querer, diría yo, sale a relucir nuestro
ego. Y si en el trono decimos que esté sentado el Señor Jesucristo, pues
prácticamente lo hemos desbancado.
Reflexionemos
sobre el tema: la humildad implica despojarnos de todo lo que nos puede llevar
a creernos más, a la autosuficiencia, al amor del poder o del dinero, a la
fama, a la vanagloria y prepotencia,
Amado
Señor: Siendo honestos y meditando en tu Palabra, entendemos cuán difícil es en
verdad practicar la humildad. Enséñanos buen Señor a servir como lo hiciste Tú:
dándolo todo y sin pedir nada a cambio. ¡Bendito eres Dios y Señor nuestro!
Un abrazo y
bendiciones-
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