martes, 12 de junio de 2018

La disciplina es un mandato de Dios


El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. 
Proverbios 12:1. NVI.

Lectura: Proverbios 12:1-28.  Versículo del día: Proverbios 12:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente la disciplina es básica en nuestro andar. Si no tenemos disciplina es difícil lograr algún objetivo o meta propuesta. Por algo el Señor lo deja escrito en su Palabra, diciendo que Él como buen Padre nos corrige para que adquiramos disciplina (Hebreos12:7 NVI); “Porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12:6). Y como Palabra de Dios que es, también deja ese mandato para los padres con sus hijos: “No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá” (Proverbios 23:13 NVI); “Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus hijos. Los que en verdad aman a sus hijos se preocupan lo suficiente para disciplinarlos” (Proverbios 13:24 NTV).
Hay muchos versículos que nos hablan de la disciplina, sería una buena tarea buscarlos y ponerlos en práctica. La disciplina va formando a la persona desde su niñez y eso es precisamente lo que le dará responsabilidad y orden a su vida. Infortunadamente las cosas están como están porque primero se ha sacado a Dios de nuestras escuelas y colegios y segundo, a los niños los gobiernos ya no permiten que los padres los corrijan. Es que ahora predomina no la libertad, sino el libertinaje. Tengamos mucho cuidado con impartir disciplina y hacer las cosas como Dios las manda y no como lo ordena el mundo: “Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor” (Efesios 6:4). Somos los padres los que vamos a sufrir cuando veamos las consecuencias de los actos de nuestros hijos cuando sean mayores y de ellos también tendremos que dar cuentas a Dios. “Concienticémonos: si Dios lo dijo, es porque así es.
Busquemos ser disciplinados. Si te propones algún proyecto, hazlo, no te detengas. Así vas adquiriendo el hábito hasta que ya lo tomes como disciplina en tu vida.

Amado Señor: gracias por enseñarnos a través de tu Palabra. No solamente queremos ser disciplinados sino también poner en práctica todas tus instrucciones al respecto, como el deber de educar a nuestros hijos. Perdónanos por la cantidad de veces que hemos desechado este mandato sin tener en cuenta que es un precepto tuyo y a la vez tu voluntad. ¡Bendito eres buen Dios! ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

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