Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 40:30-31.
Lectura:
Isaías 40:1-31. Versículos del día:
Isaías 40:30-31.
MEDITACIÓN
DIARIA
Volarán
como las águilas. El águila se distingue porque entre todas las aves, es el ave
que vuela más alto y también por ser el ave de mayor longevidad de su especie.
Otra característica del águila es su renovación. Así que aprendamos en nuestra
vida cristiana un poco de ellas.
La
Biblia asemeja a los que confían en el Señor con el águila porque cuando esta ya
se encuentra cansada y vieja, haciendo casi que su último esfuerzo, se dedica a
renovarse. Para esto se distancia diría yo, de los que la rodean y vuela muy
alto buscando una montaña donde pueda quedarse junto a un paredón donde no
tenga necesidad de volar. Con su pico entonces, comienza su renovación golpeándolo
contra la pared hasta lograr arrancarlo. Espera el crecimiento de su nuevo pico para desprender
una a una sus garras. Cuando estas comienzan a salir de nuevo, comienza a desplumarse.
Este proceso durará 150 días que bien valen la pena porque le dará unos treinta
años más de vida.
Podemos
estar en situación igual a la del águila. Tenemos que tomar la decisión de: si ‘tirar
la toalla’ o buscar un proceso de renovación con el único que puede darnos
nueva vida y desprendernos de la vieja vestidura, el Señor Jesucristo. El
pasado ya no cuenta para nada y será el Señor quien empezará a trabajar en cada
una de las áreas de nuestra vida. De ahí que es necesario entregarle todas las
áreas. Corresponde eso sí, primero que todo aceptarlo en la vida como Señor y
Salvador personal, dejando atrás costumbres, tradiciones y recuerdos dañinos,
para venir a gozar con Él de una nueva vida. El que está en Cristo es nueva
creación y lo viejo ha pasado. Todo será hecho nuevo. ¡Gloria a Dios! ¡Necesitamos
ser renovados como las águilas!
Amado
Señor: deseamos renovarnos como las águilas dejando todo ese proceso en tus
manos. Sabemos que duele, pero al final volaremos libremente sin el peso de la vieja
naturaleza encima y esperando alcanzar tu gloria. Gracias buen Señor porque te
preocupas tanto por nosotros que nos consientes rejuveneciéndonos como a las
águilas. “Te amamos Señor”.
Un
abrazo y bendiciones..
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