Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
Salmo 90:12.
Lectura: Salmo
90:1-17. Versículo del día: Salmo 90:12
MEDITACIÖN DIARIA
Tal vez, muchas veces
dejamos pasar los días sin considerar ningún valor en ellos. Vivimos por inercia,
‘porque me toca’; pero no se le encuentra ningún sentido a la vida. Moisés
quien escribió este Salmo nos hace ver que aquí no somos nada y que todos vamos
a volver al polvo (v. 3). Pero mientras estemos, debemos aprovechar bien los
días. Otra versión dice: “Enséñanos a entender la brevedad de la vida”; y así
es. La vida no es sino un paso nada más. Somos como la hierba que se abre y
florece en la mañana, pero al anochecer está seca y marchita (vv. 5-6). Esto no
lo entendemos hasta que llegamos a los años dorados cuando hacemos un recuento
de los días vividos. Muy seguramente nos lamentamos de muchas cosas que
hubiésemos querido realizar y no hicimos. Nuestros años se van como un suspiro
(v. 9), cuando nos damos cuenta, ya estamos más que pintando canas. “Tantos
años de vida, sin embargo, solo traen pesadas cargas y calamidades: pronto
pasan, y con ellos pasamos nosotros” (v. 10).
Bueno, pero gracias a
Dios que después de Moisés vino un hombre a la tierra para darnos una vida
completa y con propósito. Este hombre, Jesús de Nazaret, es el Cristo vivo y
resucitado para que tú y yo tengamos el derecho de entrar al cielo y gozar una
eternidad completamente a su lado. Allí, ya no existirá más dolor o angustia;
ni habrá tristeza alguna. ¡Gloria a Dios por mandarnos a su Hijo Jesucristo!
No te desanimes, continúa
este viaje que, aunque pareciera largo, no es más que un pequeño vuelo. Cógete
de la mano de Jesús y caminemos juntos por este hermoso valle que es la vida
terrenal y la que a bien Dios nos ha dado para vivirla. Con el Señor nos espera la vida eterna, la
mejor.
Amado Señor Jesús: Muchas
gracias por estar con nosotros y venir a darnos otra clase de vida: una
abundante y con un propósito especial. Muéstranos cuál es ese propósito en cada
uno, para que así salgamos victoriosos en la obra encomendada. ¡Bendito eres Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario