sábado, 27 de enero de 2018

Sensibles al dolor ajeno

Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión. 
Mateo 5:7. NVI

Lectura: Mateo 5:1-12.  Versículo del día: Mateo 5:7.

MEDITACIÓN DIARIA

En las bienaventuranzas, el Señor aplica la ley de la recompensa. Definitivamente, tú recibes de lo mismo que das; “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes” (Lucas 6:38). No es nada más ni nada menos que ‘lo que siembres, cosecharás’. Como cristianos somos llamados a hacer el bien todas las veces que podamos y cuando sabemos que uno de los nuestros está en mala situación es obligación tenderle la mano. Saber hacer el bien y no hacerlo es pecado (Santiago 4:17). La compasión nos lleva a ser más sensibles y humanos frente a las dificultades y problemas de los demás. La compasión va de la mano con la misericordia y eso precisamente fueron los sentimientos del Señor al ver nuestro fracaso y estado de pecado ante Dios Padre, que no dudó en venir a pagar todas las transgresiones cometidas por nosotros.
Si esto lo hizo el Señor Jesús siendo Dios, ¿por qué no podemos ser compasivos, si al hacerlo gozaremos de triple bendición? La Biblia nos insta a ser compasivos unos con otros (Efesios 4:32); (1 Pedro 3:8); (1 Juan 3:17). Demostremos la misma compasión que Dios nos tiene (Lamentaciones 3:22); (2 Corintios 1:3-4); (Salmo103.13); (Isaías 30:18).

Amado Señor: Te rogamos que pongas en nuestro corazón el ser compasivo con el necesitado para dar testimonio del amor tuyo. Enséñanos a alegrarnos con los que se alegran y a llorar con los que lloran. Haznos sensibles al dolor ajeno. Gracias bendito Dios. ¡Te amamos Señor bueno!

Un abrazo y bendiciones.

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