Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches.
Génesis 8:22.
Lectura: Génesis 8:1-22.
Versículo del día: Génesis 8:22.
MEDITACIÓN DIARIA
El capítulo nos habla del
diluvio y cómo el Señor favoreció a Noé con toda su familia porque fue el único
justo delante de Él. Cuando ya bajaron las aguas y la tierra estaba seca, Noé
salió con su parentela del arca junto con todos los animales que había preservado
según la orden dada por Dios. Noé al salir construyó un altar y le ofreció al
Señor como holocausto animales puros y aves puras (vv. 18-20). Al Señor le
agradó tanto este aroma que se dijo así mismo: “Aunque las intenciones del ser
humano son perversas desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra
por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como
acabo de hacerlo. Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y
calor, verano e invierno, y días y noches” (vv. 21-22). Es interesante y
asombroso saber que el sacrificio de Noé fue tan agradable al Señor que le hizo
cambiar de parecer y a la vez favorecer a toda la humanidad con la siembra y la
cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno.
Ahora en este tiempo, si queremos que el
aroma de nuestro sacrificio sea grato al Señor debemos practicar lo que nos
dice Hebreos 13: 15-16: “Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de
Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que
confiesan su nombre. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo
que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios”. Recordemos que
el Señor Jesucristo es el Cordero inmolado que se entregó por nosotros y que
ese sacrificio fue suficiente para Dios Padre. Ya no hay necesidad de machos
cabríos, ni de ningún otro animal o ave, pero sí de obedecer al Señor (1 Samuel
15:22), rindiéndole culto con alabanza y adoración y practicando el amor con el
prójimo.
Amado Señor: Lo que más
deseamos es cautivarte con el aroma grato de nuestra alabanza para Ti. Que el
fruto de nuestros labios sea siempre para exaltar y adorar tu Nombre. Te
rogamos que también pongas en nuestro corazón el hacer el bien siempre que
podamos al necesitado. Que sea el amor tuyo fluyendo en nuestras vidas y lo que
nos motive a practicar el amor al prójimo. ¡Gracias bendito Señor! ¡Te adoramos
Rey Soberano de cielos y tierra!
Un abrazo y bendiciones.
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