Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.
Mateo 3:8.
Lectura: Mateo
3:1-12. Versículo del día: Mateo 3:8.
MEDITACIÓN DIARIA
No solamente los fariseos
y saduceos pecaban por aparentar lo que no eran. ¿Cuántas veces sucede igual
entre los mismos cristianos? No porque se haya hecho la oración de fe o se vaya
a la Iglesia regularmente, se imagine que esto basta. La lectura dice que ellos
(fariseos y saduceos), podían alegar a Juan el Bautista que tenían a Abraham
por padre y ya eran salvos. De nada le sirve a alguien creer que porque sigue
una religión va hacia el Padre celestial. Hay que demostrar con la forma de
vivir que se ha arrepentido de los pecados y se ha vuelto a Dios.
Necesariamente tiene que existir un antes de Cristo y un después de Cristo. De
lo contrario hay duda. Ese es el testimonio que verdaderamente vale. El Señor
dijo que por sus frutos los conoceremos; y si los frutos no demuestran amor,
alegría, paz, paciencia y dominio propio entre otros, no existe nada. Es un
fruto verde o marchito.
La relación con Cristo es
directa. Y eso es: una relación personal donde Jesús entra a gobernar la vida y
a ir moldeando el carácter hasta dejarlo a la estatura de Él. Hay que recibir
la exhortación de Dios no solamente a través de Juan el Bautista sino también
de Isaías: “¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen
de hacer el mal!” (Isaías 1:16).
Amado Señor: Deseamos que
nuestra vida sea transparente ante Ti y ante los que nos rodean demostrando
siempre que vives y reinas en nuestros corazones, llevando todo el fruto de tu
Espíritu para dar testimonio como hijos de luz que decimos ser. Gracias bendito
Señor por tu Palabra enseñada y por permitirnos entenderla para ponerla en
práctica. ¡Te alabamos Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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