Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.
Mateo 4:19.
Lectura:
Mateo 4:18-22. Versículo del día: Mateo 4:19.
MEDITACIÓN
DIARIA
Toda
persona que recibe al Señor en su corazón se convierte en un discípulo de Él. Y
la misión de todo discípulo es llevar a sus píes a otros. Antes de ascender Jesús
al cielo les dijo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con
ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20). La tarea del pescador
requiere de mucha paciencia. Es un trabajo duro, exigente, arriesgado y poco
remunerado. En ocasiones, le toca inclusive trabajar de noche. Exactamente
tiene que hacer el obrero del Señor, sin pedir remuneración alguna. Es una misión que se nos olvida constantemente
y que debiera ser prioritaria en toda iglesia cristiana.
¿Quieres
obedecer al Señor? ¿Estás dispuesto a ser parte de la gran comisión? Si lo
cumples a cabalidad hay una promesa esperando: estarás con nuestro buen Jesús
por siempre.
Amado
Señor: En verdad, nos ocupamos mucho de nosotros y poco en complacerte.
Perdónanos por ello. Te rogamos que, por tu buena voluntad, pongas en nuestros
corazones el deseo de compartir de ti. Queremos obedecerte y adiestrarnos como
verdaderos pescadores de hombres para tu reino. Gracias porque un día nos
llamaste a través de otro pescador. Oramos en este momento por esa persona:
guárdala y multiplica todo su tiempo dedicado a nosotros. ¡Te alabamos bendito Señor!
Un
abrazo y bendiciones.
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