La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Génesis 1:2.
Lectura: Génesis
1:1-30. Versículo del día: Génesis 1:2.
MEDITACIÓN DIARIA
La tierra era un caos
total, y Dios le puso orden. Así que primero fue la luz y la separó de las
tinieblas. Con la luz formó el día y con las tinieblas la noche (vv. 3-5). Esto
fue el primer día. Después hizo el firmamento separando las aguas de arriba de
las aguas de abajo. Al firmamento lo llamó cielo. Ese fue el segundo día (v.
8). Enseguida quiso que las aguas que estaban debajo del cielo se juntaran en
un solo lugar y que apareciera lo seco. A las aguas juntas llamó mar y a lo
seco, tierra. Al ver tal belleza quiso que hubiese árboles que diesen fruto y
plantas que brotaran semillas y así sucedió. Ese fue el tercer día. Después
creó la belleza del firmamento con luces para separar el día de la noche y con
su mandato llegaron el sol para iluminar el día y la luna junto con las
estrellas, la noche. Esto fue el cuarto día (vv. 14-19). Llegó el quinto día y Dios quiso que en el
mar hubiera seres vivos y que en el cielo las aves lo surcaran; al contemplar
esta belleza les ordenó reproducirse. Creó Dios animales domésticos, salvajes,
reptiles e insectos y consideró que todo esto era bueno. Entonces dijo: “Hagamos
al ser humano a nuestra imagen y semejanza”: hombre y mujer los creó. Los
bendijo para que fueran fructíferos, se multiplicaran, llenaran la tierra y la
sometieran. Les entregó toda planta que
da semilla y árbol que de fruto para que les sirviera de alimento. Dios miró
todo lo que había hecho y era ¡tal la belleza de su creación! De este modo se
cumplió el sexto día. Todo lo hizo detalladamente a manera del mejor Diseñador
y Planificador.
Dios desde el comienzo
nos enseña que es un Dios de orden. Creó los cielos y la tierra, pero no se
quedó con eso nada más: le puso atención a lo ya establecido y a medida que
cada cosa fue llegando después de la instrucción dada y ver que era bueno seguía
con el siguiente paso. La elaboración de su creación nos enseña cómo
desarrollar un buen proyecto. Aprendamos de esto a ser organizados y ordenados
sin olvidar cada detalle que nos lleve a feliz término la obra.
Amado Señor: Tu creación
aparte de ser maravillosa nos sirve de ilustración aun para los quehaceres del
mundo. Te rogamos que nos enseñes a cumplir con las tareas encomendadas bajo
los parámetros aprendidos de Ti, siguiendo las instrucciones correctas y
consecuentes para elaborarlas con excelencia. Gracias por tanta instrucción
recibida a través de ella. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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