Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
Isaías 7:14.
Lectura: Isaías
7:10-25. Versículo del día: Isaías 7:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Tanto Isaías como
Miqueas, profetizaron sobre el nacimiento del Mesías. Alrededor de 700 años
antes de su nacimiento Isaías predijo que una joven lo concebiría y le pondría
el nombre de Emanuel. Se corrobora en el NT: “Todo esto sucedió para que se
cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: La virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel (que significa Dios con
nosotros)” (Mateo 1:22-23).
También dijo Isaías: “Porque
nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre
sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías
9:6).
María y José se
encontraban en Nazaret de Galilea, y Dios moviendo sus fichas soberanas, hace
que Augusto César, emperador de Roma levante un censo, donde cada quien tiene
que ir a su ciudad de origen a inscribirse y como José era descendiente de
David y oriundo de Belén, subió para registrarse junto con María su esposa.
Estando allí, llegó el momento de María para dar a luz (Lucas 2:1-7). Todo
guiado estrictamente por la mano de Dios para que se cumpliera lo escrito por
Miqueas: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el
que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta
tiempos inmemoriales”. Miqueas 7:2. Igualmente profetizado unos setecientos
años antes del suceso.
Estas profecías
descritas en el Antiguo Testamento y cumplidas en el Nuevo, nos corroboran más
la exactitud de la Biblia como Palabra de Dios y nos dan la certeza de que el
Señor Jesús volverá por segunda vez, ya no como el Mesías sufriente sino como
el Mesías reinante; también profetizado que lo hará al final de los tiempos.
La Navidad nos
confronta con las predicciones que vendrán. Con el nacimiento del Señor Jesús,
entramos en el periodo de la gracia. Su venida al mundo fue un regalo para la
humanidad (Efesios 2:8-9). De cada uno depende si lo acepta o lo rechaza. Es el
mejor regalo que hemos recibido porque es el que nos da el pase para la vida
eterna. El Señor volverá por su Iglesia y se llevará a todos los que le han
aceptado como el Salvador personal de sus vidas. Esta época nos hace
reflexionar sobre quién es Jesús y la misión que vino a cumplir. Permitámosle a
Jesús que nazca en nuestras vidas.
Amado Jesús: Las mismas
profecías sobre tu nacimiento, nos dan pie para saber que todo lo que dices en
tu Palabra es verdad. Hoy te pedimos que vengas a llenar el área espiritual de
aquellos que no te conocen como Señor y Salvador. Gracias por haber venido al
mundo y por permitirnos estar a tu lado cuando te hacemos partícipe de nuestras
vidas.
Un abrazo y
bendiciones.
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