sábado, 17 de diciembre de 2016

Un hombre llamado José

Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. José, hijo de David —le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. 
Mateo 1:20 NTV.

Lectura: Mateo 1:18-25.  Versículo del día: Mateo 1:20.

MEDITACIÓN DIARIA

La situación para la bendita María se volvía compleja. En ese tiempo la mujer embarazada sin casarse era lapidada, o sea muerta a piedra. José al saber la noticia de labios de María, pienso yo, dudó y eso es razonable no cuestionable. Sin embargo, miremos lo que dice la Palabra: “José, su prometido, era un hombre bueno y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado” (v. 19). Estaba considerando hacerlo, pero el ángel le confirmó lo dicho por María y aún más, le dio autoridad para cuidarlo y formarlo porque fijémonos en lo que sigue: “Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (v. 21). Muy importante anotar que dice: “y lo llamarás” o sea, lo hace responsable de su cuidado como padre adoptivo. Bueno, yo sí que entiendo bien esto.
Si el devocional de ayer estaba más encauzado hacia las mujeres, creo que el de hoy es para los hombres. “Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa, pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo; y José le puso por nombre Jesús” (vv. 24-25). José un hombre íntegro y temeroso de Dios no tardó en cumplir el mandato y creo que más que gustoso aceptó el cargo encomendado. Dios sabía que María precisaba protección, amor y calor de hogar y en José se lo prodigó. Necesitamos muchos ‘José’ que se levanten para proteger y amar a tantas madres cabeza de familia.
Hoy a través de este devocional el Señor me ha mostrado el magnífico esposo que me ha dado, quien tampoco dudó en aceptar a mis hijos como suyos y a su lado verlos crecer hasta llegar a formarlos como lo que ahora son. Le doy gracias al Señor por él.

Amado Señor: Tu Palabra siempre nos trae nuevas enseñanzas y apreciaciones diferentes para involucrarlas en nuestra vida diaria. Gracias por todos los ‘José’ que han sabido entender a las mujeres y valorarlas a pesar de tener ya sus hijos. Gracias por el don que le das a cada uno de ellos para recibirlos y amarlos como los propios. Gracias por lo que aprendimos hoy de la bondad, mansedumbre, humildad y obediencia de José. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: