miércoles, 14 de diciembre de 2016

El camino reverente a Dios

El que va por buen camino teme al Señor; el que va por mal camino lo desprecia. 
Proverbios 14:2.

Lectura: Proverbios 14:1-35.  Versículo del día: Proverbios 14:2.

MEDITACIÓN DIARIA

¿Qué es el temor al Señor? Es adorarle como a Él le agrada, con temor reverente; siendo agradecidos (Hebreos 12:28). Nunca debemos confundirlo con el temor de miedo porque Dios es ante todo amor y en el perfecto amor no existe ese temor (1 Juan 4:18). Por eso debemos buscar al Señor con sinceridad; rindiéndole el respeto que merece y dándole la gloria que lo enaltece. Si queremos ser sabios le agradaremos cumpliendo sus mandamientos (Salmo 111:10); y miremos que no es obedecerle en lo que nos gusta. Es el conocimiento que nos da su Palabra, la cual tenemos que aprender a acatarla con disciplina. La disciplina nos cuesta pero es la única manera de entender el temor reverente a Dios. El mundo nos puede decir coge por aquí, es el camino más corto, pero ¿sí le gustará a Dios ese camino? Hay caminos que nos desvían y acaban por ser caminos de muerte (v. 12 en la lectura). Ahí entra a jugar un papel importante el discernimiento. No nos dejemos llevar por lo sutil, lo fácil, lo que nada nos cuesta. Cada día es un nuevo tomar su cruz, para llegar a ser dignos de Él.
“El temor del Señor es una torre fuerte que nos resguarda de todo mal (v. 26); es también fuente de vida (v. 27). Es aceptar su amor incondicional; su perdón y su restauración. Son tantos los beneficios que recibimos honrando a nuestro Dios como merece, que no podemos echarlos en saco roto. Apropiémonos de ellos: le adoramos y a la vez nos regocijamos en sus bendiciones.

Amado Jesús: Enséñanos a adorar al Padre como Tú lo hacías con temor reverente. No permitas que nos desviemos del camino y busquemos nuestros propios intereses. Queremos aprender disciplina para conocer tu Palabra y que ella nos reconforte. Tú eres nuestro refugio seguro y la verdadera fuente de vida. Gracias por añorar conocerte cada día.

Un abrazo y bendiciones.

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