La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.
Proverbios 12:25.
Lectura: Proverbios 12:1-28. Versículo del día: Proverbios 12:25.
MEDITACIÓN DIARIA
Una de nuestras labores
es ser consoladores; hemos recibido consuelo de Dios Padre: “quien nos consuela
en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios
hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” (2
Corintios 1:4). Es una cadena: no podemos consolar si no hemos sido consolados.
Dios permite pasarnos por diferentes aflicciones, porque más adelante va a
necesitar nuestros servicios en ese mismo campo. Dios nos ha colocado en medio
de un mundo caído y oscuro. Ahí somos llamados a ir para llevar consuelo al
afligido; para dar una voz de aliento al oprimido. Cuando el Señor nos manda a
compartir su mensaje a una persona, es porque Él conoce su necesidad y nos
corresponde obedecer. No sabemos sus penas y amarguras, pero el transmitirle el
mensaje del infinito amor de Dios puede cambiarle en un segundo su pensar.
Quizá de este modo hemos salvado vidas de un suicidio, de separaciones
conyugales o de inicio a la drogadicción. La lengua del sabio brinda alivio (v.
18b en la lectura).
Solamente dejémonos
guiar por la voz de su Espíritu y ofrezcamos el consuelo que de Dios hemos
recibido. Notaremos que son muchos los que van errantes por el mundo,
prodigando una palabra de consolación.
Amado Señor: Así como
hemos recibido de Ti el amor y el consuelo, así también queremos comportarnos
con los que sufren. Utilízanos Señor y permite que seamos sensibles al dolor
ajeno; que siempre de nuestros labios broten palabras de ánimo, de ternura y de
estímulo hacia todo aquel que esté combatiendo la tristeza, la desesperación y
la desilusión. Gracias porque Tú nos amaste y consolaste primero.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario