jueves, 29 de diciembre de 2016

Enfocando la Navidad en lo que no se ve


Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. 
2 Corintios 4:18.

Lectura 2 Corintios 4:1-18.  Versículo del día: 2 Corintios 4:18.

MEDITACIÓN DIARIA

Hoy les quiero compartir sobre una exposición de Salvador Deluttri, que me gustó mucho y  tuve la oportunidad de escuchar el domingo 25 de diciembre en la tarde. Trataré de parafrasearla de la mejor manera. Él habla básicamente sobre lo que se ve y lo que no se ve en la Navidad.
El sentido de la vista es  primordial en el ser humano porque como dicen: ‘todo entra por los ojos’ (el refrán es mío). El hombre se aferra al sentido de la vista. El pesebre de Belén nos muestra una pareja pobre, que llega de la provincia, cansados, fatigados y un Niño en un establo en las mismas condiciones. Eso es lo que vemos. Los pastores vieron exactamente lo mismo, pero con la diferencia que lo miraron con otros ojos: con los ojos de lo anunciado por el ángel y ellos se fueron gozosos, alabando y glorificando a Dios (Lucas 2:20). La época de Navidad es la más alegre y esperada del año; la Nochebuena o sea el 24 por la noche es la culminación donde el pesebre, el árbol, la decoración, la cena, los regalos y las personas nos alegran. La Navidad es una fiesta muy visual y muy colorida. Dice Salvador algo muy cierto: las cosas que se ven se afectan y desaparecen con el tiempo; todas son temporales, todas se envejecen. El tiempo es despiadado, se come a las personas. Incluso las estrellas son devoradas por el tiempo e igual el sol se va desvaneciendo. Por eso Pablo afirma: “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” (2 Corintios 4:18).
“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). La fe nos lleva siempre más allá. Entonces, de acuerdo a cómo miremos la Navidad afectará nuestra vida. Si la miramos con fe va a impactar mucho más allá. Si solamente nos fijamos en lo visible, gozaremos del momento pero después nos quedará el vacío. Algo que me impacto fue escucharle decir que uno de los momentos más tristes del año es el 25 por la tarde o noche. La mayoría de las personas después que pasa la Navidad quedan en estado de depresión; la alegría se va y queda ese vacío porque justamente se ha puesto la mirada en las cosas que se vieron. Las personas ya han vivido todo y todo porque han vivido lo que se ve. Los pastores miraron más allá de lo que se veía y tuvieron sumo gozo. La Navidad está gritándonos, miren lo que no se ve porque si no van a tener problemas. He ahí la diferencia entre Herodes y los pastores; creo que Herodes miró con los ojos terrenales y los pastores con ojos celestiales. Vemos con miopía humana y no con ojos de fe y seguimos sin Dios, sin Cristo y sin esperanza. Hay otros que van a ver lo invisible lo que está detrás y será diferente. Las eternas son las que van a darnos esperanza. No vamos a tener tristeza, vamos a tener gozo.
Entonces hay dos maneras de ver la Navidad: enfocándonos en lo que vemos y en lo que no se ve ¿Cómo queremos ver la Navidad?

Amado Señor: En verdad no queremos salirnos de lo esencial que fue tu llegada al mundo. Enséñanos a mirar con ojos de fe todo lo que tenemos por delante con La Navidad y a dejar atrás lo frívolo y lo vano. Gracias porque tu venida al mundo es, fue y será por siempre el acontecimiento más esperado por la humanidad porque llegaste Tú a salvarnos.

Un abrazo y bendiciones.

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