viernes, 9 de diciembre de 2016

Tus pensamientos nos dan gozo y esperanza

¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! 
Salmo 139:17.

Lectura: Salmo 139:1-24.  Versículo del día: Salmo 139:17.

MEDITACIÓN DIARIA

Es satisfacción y a la vez alivio saber que el Señor está presente en nuestros pensamientos. Como dice el versículo 4: “No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda”. Considero que sus pensamientos van siempre ligados a su Palabra y a la vez a sus promesas. Cuando el Señor dice. “Tengo para ti planes de bienestar y no de calamidad” (Jeremías 29:11); es porque está pensando en nosotros: en ti, en mí. Él sabe absolutamente todo lo que nos pasa: “Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento” (v. 2 en la lectura). No hay pensamiento nuestro que ya no lo sepa. Por eso, antes de ocasionar dolor al Espíritu, cuando llega uno malo, debemos dirigirlo directamente a Cristo (2 Corintios 10:5), para destruirlo y dejar el campo abierto para los del Señor.
En todo esto hay algo que nos puede confundir; los pensamientos de Dios vienen a la mente por la acción que ejerce su Palabra en nuestro modo de vida; sin embargo, el enemigo no se quedará quieto y querrá ganar algunas batallas pasando también por nuestra mente los malos pensamientos; los de la carne y del mundo. Ahí es cuando para no darle satisfacción, tenemos que derribarlos y someterlos a Cristo. Cuán importante en esto es aplicar Efesios 5:18: “sean llenos del Espíritu Santo”. Los pensamientos de Dios no tendrían fin, “sumarían más que los granos de arena” (v. 18 en la lectura). No comprendemos lo que significa la llenura del Espíritu, pero el estar empapados todo el día y movernos a través de Él, será el parte de victoria de la guerra ganada a Satán.

Amado Señor: Gracias por estar tan pendiente de nosotros. Nada se te escapa de las manos. Todos tus pensamientos son aliciente para estar gozosos y esperanzados en tus promesas. No queremos defraudarte buen Dios: enséñanos a obedecerte y si es el caso, haz en cada uno, un sondeo del corazón poniéndonos a prueba para que si hay algo malo en nuestro caminar, Tú lo encauces por el camino eterno. ¡Inúndanos con tus pensamientos! ¡Bendito y alabado eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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