lunes, 26 de diciembre de 2016

Luz que hay que propagar

Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. 
Lucas 2:30-32.

Lectura: Lucas 2:21-45.  Versículos del día: Lucas 2:30-32.

MEDITACIÓN DIARIA

Simeón era un hombre justo y devoto y esperaba ansioso la venida del Mesías. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin antes haber visto a Cristo, el Señor, y fue al templo a esperarlo sabiendo que sus padres lo llevarían para cumplir con lo establecido en la ley (vv. 22-27). Cuando llevaron al Niño para presentarlo, este hombre estaba allí. Ahora sí podía morir tranquilo; sus ojos vieron al Salvador del mundo y dice que  Jesús es la luz que ilumina a las naciones.
Jesús corroboró estas palabras acerca de Él: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12a). Y todos decimos saber que es la Luz del mundo; sin embargo poca atención le ponemos a esa Luz que emana rayos luminosos. Se nos olvida además, que este mismo Jesús también pronunció lo siguiente: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos” (Mateo 5:14-15).
Nosotros los cristianos podemos morir tranquilos igual que Simeón, porque también nuestros ojos han visto la salvación. Pero de las otras palabras que el Señor pronunció en el Sermón del monte, ¿qué vamos a decir? ¿Si estamos haciendo brillar nuestra luz delante de todos? Es una responsabilidad que no podemos evadir. El Señor no dijo: ‘si quieren’ o ‘pueden’; dio una orden en imperativo: “Hagan brillar su luz delante de todos”. Admiro a los Testigos de Jehová por el frenesí con el que predican sobre su fe y me pregunto el porqué no tenemos ese denuedo para compartir de nuestro Salvador. ¿Cuál será el ingrediente que nos falta? ¿Fe, perseverancia, diligencia, humildad, amor?
Se está acabando el 2016. Creo que sería una bonita oportunidad para comprometernos con el Señor para el año 2017 a evangelizar y ser luz en medio de tantos que no le conocen o que dicen conocerlo pero no es así.

Amado Señor: Muchas gracias te damos porque reconocemos que has venido a traernos paz. Has venido a reconciliarnos con Dios Padre y llenarnos de gozo. Jesús, que este regalo maravilloso no se quede solamente para nosotros; permítenos llevar esa luz que eres Tú, por donde quiera que caminemos para cumplir con tu mandato. ¡Danos denuedo Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: