miércoles, 30 de noviembre de 2016

Pongamos las cosas en orden

Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. 
Efesios 4:32.

Lectura: Efesios 4:17-32.  Versículo del día: Efesios 4:32.

MEDITACIÓN DIARIA

Dentro del contexto de la lectura también nos habla lo siguiente: “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia” (v. 31). Es que la bondad y la compasión deben ser baluartes en el cristiano y la persona que pierde la calma fácilmente dejándose llevar por la ira, los gritos y la calumnia no demuestra en ningún sentido su bondad ni su compasión por el prójimo. Además de esto viene lo más importante, que tanto cuesta: perdonar y pedir perdón. Es tan importante que no podemos irnos a la cama aun con el enojo a cuestas: “Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo” (vv. 26-27 en la lectura). ¿Cómo no vamos a perdonar si el Señor nos perdonó tanto a nosotros? Y además de eso, no lo vuelve a traer a la memoria; dice la Biblia que las transgresiones las echó tan lejos como está el oriente del occidente (Salmo 108:13). Así que no hay que estarlo recordando. La trillada frase de “perdono pero no olvido”, no es perdón.
Muy seguramente, han existido o existen problemas actuales entre cónyuges, hijos, padres, hermanos, familiares o amigos y esas situaciones nos roban la paz. Hay que aprender a ser hacedores de la Palabra porque de lo contrario se quedaría como letra muerta. Tenemos que ponerla en práctica. Además si solamente amamos a los que nos aman o nos llevan la idea en todo, no se tiene ninguna gracia (Lucas 6:32). Aquí entra en juego la tolerancia y el amor y eso es lo que debemos ejercitar. Si hay algo pendiente, arreglémoslo a tiempo, quizá mañana es tarde. Pensemos por un momento en lo sucedido a los jugadores del equipo brasileño que se accidentó. La vida es un correr tras el viento como lo dijo el sabio Salomón (Eclesiastés 1:14). Hoy estamos, mañana no sabemos. Pongamos las cosas en orden.

Amado Señor: Gracias porque con el correr de los días quizá, hemos entendido que hay cuentas o percances con allegados o familiares pendientes. Señor te rogamos que nos des el tiempo y la disponibilidad para perdonar y pedir perdón. Permite que nuestro corazón se llene de bondad, compasión y deseo de reconciliación con quienes estemos disgustados u ofendidos. Gracias buen Dios por perdonar también Tú nuestras transgresiones.

Un abrazo y bendiciones.


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