Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Efesios 4:32.
Lectura: Efesios
4:17-32. Versículo del día: Efesios
4:32.
MEDITACIÓN DIARIA
Dentro del contexto de
la lectura también nos habla lo siguiente: “Abandonen toda amargura, ira y
enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia” (v. 31). Es que la bondad y
la compasión deben ser baluartes en el cristiano y la persona que pierde la
calma fácilmente dejándose llevar por la ira, los gritos y la calumnia no
demuestra en ningún sentido su bondad ni su compasión por el prójimo. Además de
esto viene lo más importante, que tanto cuesta: perdonar y pedir perdón. Es tan
importante que no podemos irnos a la cama aun con el enojo a cuestas: “Si se
enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den
cabida al diablo” (vv. 26-27 en la lectura). ¿Cómo no vamos a perdonar si el
Señor nos perdonó tanto a nosotros? Y además de eso, no lo vuelve a traer a la
memoria; dice la Biblia que las transgresiones las echó tan lejos como está el
oriente del occidente (Salmo 108:13). Así que no hay que estarlo recordando. La
trillada frase de “perdono pero no olvido”, no es perdón.
Muy seguramente, han
existido o existen problemas actuales entre cónyuges, hijos, padres, hermanos,
familiares o amigos y esas situaciones nos roban la paz. Hay que aprender a ser
hacedores de la Palabra porque de lo contrario se quedaría como letra muerta.
Tenemos que ponerla en práctica. Además si solamente amamos a los que nos aman
o nos llevan la idea en todo, no se tiene ninguna gracia (Lucas 6:32). Aquí
entra en juego la tolerancia y el amor y eso es lo que debemos ejercitar. Si
hay algo pendiente, arreglémoslo a tiempo, quizá mañana es tarde. Pensemos por
un momento en lo sucedido a los jugadores del equipo brasileño que se
accidentó. La vida es un correr tras el viento como lo dijo el sabio Salomón
(Eclesiastés 1:14). Hoy estamos, mañana no sabemos. Pongamos las cosas en
orden.
Amado Señor: Gracias
porque con el correr de los días quizá, hemos entendido que hay cuentas o
percances con allegados o familiares pendientes. Señor te rogamos que nos des
el tiempo y la disponibilidad para perdonar y pedir perdón. Permite que nuestro
corazón se llene de bondad, compasión y deseo de reconciliación con quienes
estemos disgustados u ofendidos. Gracias buen Dios por perdonar también Tú nuestras
transgresiones.
Un abrazo y
bendiciones.
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