Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra desolación y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud sino a tu gran misericordia.
Daniel 9:18.
Lectura: Daniel 9:1-19. Versículo del día: Daniel 9:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Creo que así como en
Jerusalén se invocaba el nombre del Señor, de igual manera diferentes países nacieron
y crecieron invocando su Nombre pero con el correr del tiempo sus raíces han
cambiado y se han desviado de la verdad.
Considero que en estos
lugares hay que orar igual como Daniel: “¡Señor, escúchanos! ¡Señor,
perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no
tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!” (v. 19). Hay
que pedir perdón por las injusticias y transgresiones de nuestros pueblos para
que el Señor atienda y escuche las oraciones. Recordemos que la Iglesia juega
un papel importante para que nuestras tierras sean perdonadas y sanadas (1 Crónicas 7:14). Aparte de esto, es un
deber de todo cristiano estar orando por el lugar donde habitemos: “Además,
busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al Señor por
ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad”
(Jeremías 29:7).
Así que oremos doble:
por nuestra tierra natal sin olvidar nuestra tierra emigrante.
Amado Señor: oramos por
nuestras naciones de origen para que reine la paz, la justicia y la concordia.
Oramos por la nación que nos ha acogido y abierto sus puertas para vivir allí.
Pedimos perdón por ellas porque se han olvidado de buscar tu rostro y seguir
tus leyes. Bendice Señor nuestras ciudades y naciones y permite que en estos
lugares tu Nombre sea exaltado. Gracias buen Dios por escuchar nuestras
plegarias.
Un abrazo y
bendiciones.
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