Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza.
Daniel 6:4.
Lectura: Daniel
6:1-28. Versículo del día: Daniel 6:4.
MEDITACIÓN DIARIA
¡La envidia haciendo
estragos! El corazón del hombre egocéntrico solo busca sus propios intereses y
se propone pasar por encima de quién sea para lograr sus objetivos. Esto le
sucedió a Daniel durante el reinado de Darío. Los administradores y sátrapas se
unieron para que el rey emitiera un decreto donde se promulgaba echar al foso
de los leones a quien no honrara ni adorara al rey. Conociendo Daniel el
decreto, se dirigió a quién tenía que hacerlo: ¡Al Dios del cielo! Y esperó
confiado en Él. Sus enemigos se salieron con la suya y Daniel fue a parar al
lado de los leones. Pero para su sorpresa después de pasar la noche con ellos,
no obtuvo ni un solo rasguño; el castigo se convirtió para quienes lo habían
acusado injustamente, junto con sus esposas e hijos: no alcanzaron a caer al
foso cuando ya los leones habían caído sobre ellos y triturado los huesos.
Podemos seguir
aprendiendo de Daniel su persistencia en la oración y su fe arrolladora en su
Dios. Su testimonio sirvió para que Darío también enalteciera y decretara que
en todo lugar de su reino, la gente honrara y adorara al Dios de Daniel. ¡Lo
que Dios puede hacer cuando una persona se propone obedecerle! Sigamos su
ejemplo y no temamos al hombre por más poder y riqueza que tenga. No existe
nadie más importante que nuestro Dios.
Amado Señor: Enséñanos
a no tenerle temor a los hombres por muy importante que sea su cargo ni
anteponerlos por encima de Ti. Queremos rendirte adoración y pleitesía, porque
Tú solamente eres nuestro Rey soberano.
Que nuestra oración sea el arma que continuamente usemos y tengamos a la mano,
para hacerte conocer nuestras angustias y afanes como también nuestras alegrías
y éxitos. Gracias buen Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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