Entonces me dijo: No
tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te
propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios.
Daniel 10:12.
Lectura: Daniel
10:1-21. Versículo del día: Daniel 10:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Si bien es cierto que
tenemos que humillarnos ante Dios y que muchas veces, considero, que nuestras
oraciones no son escuchadas, es porque quizá nos postramos ante el Señor pero
como aquel niño al que le mandaban: ‘arrodíllate, arrodíllate” y no lo hacía,
hasta que por fin se arrodilló y declaró: ‘estoy arrodillado pero con el
corazón de pie’. Lo que quiero decir es que podemos decir que estamos orando y
orando sin cesar por una petición, pero nuestro corazón no se ha humillado de
verdad ante Dios. Y es que como vemos en la lectura, las fuerzas del mal están
siempre ahí para no dejarnos avanzar (v. 13). Satanás no se quedará quieto y
hará lo imposible para vernos arruinados y caídos, entonces vienen los
pensamiento negativos, el temor, la desilusión, el desánimo, la depresión y la
duda de será que sí o será que no: “Porque nuestra lucha no es contra seres
humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan
este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones
celestiales” (Efesios 6:12). Entonces tenemos que vestirnos con la armadura de
Dios para ganarle la batalla a Satanás y
no dejar amedrentarnos (Efesios 6:13-18).
Si nuestra oración no
ha sido contestada tenemos que insistir, persistir y no desistir. El desánimo
no tiene cabida en nosotros. No estamos solos, tenemos al Rey de reyes y Señor
de señores y es Él quien peleará la batalla y nos dará la victoria. Hay que
perseverar en la oración.
Amado Señor: Muchas
gracias por estar siempre a nuestro lado así no te veamos. Danos tu fuerza y
poder para proseguir sin desmayar. Vístenos con la armadura tuya para hacerle
frente a Satanás y sus secuaces. ¡La victoria es tuya Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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