Hazme saber, Señor, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy.
Salmo 39:4.
Lectura: Salmo
39:1-13. Versículo del día: Salmo 39:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Siendo bien sincera
creo que somos muchas las personas que nos cuestionamos cuando no entendemos
los designios de Dios. En mi parecer quizá David vivía un momento parecido al
escribir este Salmo y por eso, no viendo una salida a sus aflicciones resuelve
decirle al Señor que le muestre el límite de sus días; y reconoce que los años
no son nada, que el hombre es un soplo nada más (v. 5), y la riqueza: “un
suspiro que se pierde entre las sombras” (v. 6). Ante esto, David le cuestiona:
“¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!” (v. 7). Como
diciéndole igual que Pedro: ¿A quién más iré Señor? Y es lo mismo que en ocasiones
le indago y cuando creo que es una reprensión también le digo: “Ya no me
castigues, que los golpes de tu mano me aniquilan” (v. 10).
Termino hablándole a mi
Señor igual que David; te invito a que le hables también con el corazón. Estoy segura que a Él le gusta nuestra sinceridad.
Sí Señor, escucha mi
oración y atiende a mi clamor; no cierres tus oídos ni me mires con enojo, y
volveré a alegrarme antes que me muera y deje de existir. ¡Mi esperanza en Ti
es el consuelo que me invita a seguir! ¡Gracias por ser mi
Dios y Salvador!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario