El que da testimonio de estas cosas, dice: Sí, vengo pronto. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Apocalipsis 22:20.
Lectura: Apocalipsis
22:7-21. Versículo del día: Apocalipsis
22:20.
MEDITACIÓN DIARIA
“¡Miren que vengo pronto!”
(v. 7). El Señor le dijo a Juan que vendría pronto es su revelación del
Apocalipsis. Aun no entendemos ese “vengo pronto” porque han pasado casi dos
mil años y ese ‘pronto’ no ha llegado.
El pueblo cristiano
desea que no sea más larga su venida. Sin embargo para el Señor un día es como
mil años y mil años como un día; “El Señor no tarda en cumplir su promesa,
según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes,
porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro
3:8-9). ¡Claro! Queremos que sea ya, porque el tiempo que estamos viviendo nos
ahoga. Aquí tenemos la respuesta: No es que se esté tardando en cumplir su
promesa, de hecho el Señor la tiene muy clara pero es que su misericordia va
más allá de lo que nosotros podemos imaginar y Él les está dando tiempo a las
personas para que lo conozcan y se arrepientan.
¿Queremos que venga
pronto? Difundamos las Buenas Nuevas del Reino de Dios a diestra y siniestra.
En nuestras manos creo que está, acortar los tiempos. Movámonos como verdaderos
difusores de su Palabra.
Amado Señor: Ante tanta
maldad humana anhelamos ya tu regreso. Quizá nuestros antepasados también
vivieron otro tipo de problemas y tenían la misma posición nuestra. Oh Dios! ¿Qué
más tendrán que ver nuestros ojos o verán las generaciones venideras? La maldad
ha llegado al límite. ¡Ten misericordia buen Señor y acorta los tiempos!
Gracias porque también dices Tú que donde abunda el pecado sobreabunda la
gracia. Haznos portadores de esa gracia tuya para llevar luz a los que andan en
completa oscuridad y podamos proclamar tu venida gloriosa.
Un abrazo y
bendiciones.
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