A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo pero después no pueden hacer más. Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: teman al que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben temerle.Lucas 12:4-5.
Lectura: Lucas
12:1-12. Versículos del día: Lucas
12:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
El hombre puede
destruir el cuerpo de otro, asesinándolo; lo puede maltratar, secuestrar,
violar, mutilar, pero lo que no puede hacer, es destruir el alma. Por eso el
Señor les advierte a los que le seguían que a la hora de la verdad, esas cosas
son insignificantes al lado de lo que es la condenación eterna. El que se
condena va para el infierno, y este es un lugar de tormento. Me da la impresión
que casi nadie habla sobre el infierno como temiendo ahuyentar a las personas. Si
el mismo Señor Jesús habló de temer al que tiene poder para echar al infierno,
es porque el infierno sí existe. También dijo que más vale entrar a la vida:
manco, cojo o tuerto que ir al infierno con las manos, los pies y los ojos (Marcos 9: 43-47), y agrega
que es allí donde el gusano no muere ni el fuego se apaga (Marcos 9:48).
El infierno sí existe
queridos hermanos y amigos. No es mentira, ni es como unos creen: aquí en la
tierra. Lo de aquí no es ni parecido a lo que será el suplicio en el infierno.
Así que a quien se le debe temer es al enemigo que nos hace creer que el
infierno no existe. Satanás es el padre de la mentira y que mejor para él que
las almas se condenen.
Gracias a Dios, que en
Cristo Jesús, los que creemos en Él, tendremos vida eterna: “Y el testimonio es
éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que
tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”
(1 Juan 5:11-12). No hay vuelta de hoja:
O creemos en el Señor Jesucristo para tener vida eterna o no creemos en Él y
tendremos condenación eterna. Cada quien elige.
Amado Señor: Gracias
porque te conocemos y sabemos que eres
el único camino para llegar al Padre. Te rogamos Señor que abras el
entendimiento y la visión de todos los que Satanás ha engañado haciéndoles
creer y convenciéndolos, de que el infierno no existe, para que te reconozcan
como Señor y Salvador y entren a compartir la vida eterna con nosotros. ¡Haznos
portadores del mensaje de salvación y gracias buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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