domingo, 8 de noviembre de 2015

Escucharlo en el suave murmullo




Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo. 
1 Reyes 19:12.


Lectura: 1 Reyes 19:1-18.  Versículo del día: 1 Reyes 19:12.

MEDITACIÓN DIARIA

El profeta Elías estaba huyendo de Jezabel, esposa del rey Acab de Israel que había mandado matar a todos los profetas a filo de espada (v.1). Elías viaja a Horeb y pasa la noche en una cueva; allí el Señor le ordena ir hacia la montaña porque va a pasar por allí. Como mensajero del Señor, primero vino un viento tan fuerte que rompió las montañas y partió las rocas, pero el Señor no estaba ahí. Luego un terremoto y después un fuego, pero el Señor tampoco estaba ni en el terremoto ni en el fuego. ¿Qué pasó después de tantas situaciones fuertes? Vino un suave murmullo y “Entonces oyó una voz que le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?” (v. 13).
Creo que en varias ocasiones nos ha sucedido algo parecido: el Señor permite que vengan situaciones difíciles e incluso  unas tras otras, pero no encontramos ni vemos a nuestro Señor y Rey. Cuando nos apaciguamos, nos calmamos y sosegamos, el Señor empieza a actuar porque a Él le gusta manifestarse en la quietud, en el reposo. Últimamente yo he podido comprobar cómo el Señor actúa cuando yo me calmo, cuando le doy paso a Él y cuando al final me rindo porque me doy cuenta que en mis propias fuerzas todo es vano.
Quizá estás viviendo tormenta tras tormenta y en el desespero no encuentras al Señor. Te aconsejo que te tranquilices para que Él pueda hablarte en medio de la quietud, en el suave murmullo que te tiene preparado. Es que nuestro buen Dios es así de detallista.

Amado Señor: Muchas gracias por las situaciones difíciles que se nos presentan y nos roban la paz. Enséñanos a calmarnos y darte paso para que nos hables en el suave murmullo como te gusta. Es ahí donde te vamos a encontrar y donde nos hablarás para animarnos y sacarnos avante. Queremos buscarte en la quietud, oyendo quizá solamente el murmullo de las aguas de una cascada o río. ¡Manifiéstate Señor! Deseamos ver tu gloria reflejada en nuestras vidas. ¡Eres Grande y Poderoso!  

Un abrazo y bendiciones.                                                                                                                                                         

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