Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón.Salmo 101:2b.
Lectura: Salmo
101:1-8. Versículo del día: Salmo
101:2b.
MEDITACIÓN DIARIA
David nos muestra aquí
en este Salmo que deseaba dar amor pero también ser justo (v.1). Igual anhelaba
ser íntegro empezando por serlo en su propia casa. Para eso más adelante dice
que no estará en sus metas nada perverso; se alejará de gente desleal y no admitirá la calumnia, los ojos altivos o el corazón
soberbio. Quiere convivir solo con los de coducta intachable y bajo su techo no
habitará el que practique el engaño
ni el que hable con falsedad (vv. 3-7).
Todo lo de letra cursiva tiene que ver con la lengua.
Cada uno de nosotros
deberíamos buscar siempre la integridad. Seguramente en algunas cosas o áreas
somos rectos, pero cuántas veces escuchamos hablar más de lo correcto o sobre determinada
persona, y en vez de alejarnos de ahí o refutar lo dicho, seguimos la corriente
y nos dejamos llevar por el chisme que en últimas se convierte casi siempre en
calumnia. Considero que la lengua que se mueve tanto, es clave para que nos
fijemos si en verdad estamos buscando ser íntegros en nuestra vida. El apóstol
Santiago exhorta claramente sobre esto: “Todos fallamos mucho. Si alguien nunca
falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo
su cuerpo” (Santiago 3:2).
Pidámosle al Señor sabiduría
para hablar. Midamos las palabras y aprendamos sensatez y prudencia; recuerdo
que un devocional de mi Biblia lo llama ‘poner a dieta las palabras’. Creo que
tenemos que empezar por eso, si en verdad queremos ser íntegros.
Amado Señor: Sí hemos
querido ser íntegros ante Ti, pero hoy venimos a pedirte perdón porque aún
fallamos y a veces hemos sido necios
escuchando y aprobando a los falsos y a los habladores. Enséñanos Señor a
alejarnos de toda conversación que no sea para dar fruto bueno y a la vez pon
un freno en nuestra lengua que no nos deje avanzar en las habladurías. Gracias
porque al aprender a controlar nuestras palabras, estamos aprendiendo a llegar
a la integridad y de esa manera queremos honrarte. ¡Te alabamos y te bendecimos
buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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