viernes, 20 de noviembre de 2015

Busquemos ayunar como le agrada al Señor




El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? 
Isaías 58:6.


Lectura: Isaías 58:1-14.  Versículo del día: Isaías 58:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Este capítulo personalmente me gusta mucho, porque nos enseña lo que es en verdad  ayunar. El Señor sí desea que ayunemos; pero si lo hacemos, que sea con corazón sincero y no como para complacer a los de la iglesia o grupo. “¿Acaso el ayuno que he escogido es sólo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y sólo para que incline la cabeza como un junco,  haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al Señor?” (v. 5).  Muy claro nos habla este pasaje para que entendamos que no sacamos nada con ayunar mostrando una cara larga y pálida como si fuera un sacrificio o costara mucho. Eso no es ayuno, es dejar de comer y no es agradable para el Señor
Por otro lado, si se ayuna pero la actitud del corazón no cambia no se está haciendo nada bueno. Por ejemplo: si aún no hay perdón; si existe resentimiento, odio o se termina el ayuno solo para pelear, para seguir siendo egoístas, mentirosos, adúlteros, desobedientes, injustos o imponiendo cargas, no ha servido en absoluto el ayuno.
En resumen: Yo diría que no es abolir el ayuno; es concientizarnos de lo que es el verdadero ayuno y empezar a cambiar de actitud respecto al mismo. Es ser justo, tolerante, amable, benigno, humilde, paciente; Y si no tenemos ninguna de estas virtudes, al menos tener la entereza de reconocerlo y pedirle al Señor que por medio de su Santo Espíritu  nos vaya cambiando, regenerando cada área, hasta que llegue el día en que podamos practicar el ayuno como debe ser. Busquemos ayunar como le agrada al Señor.

Amado Señor: Gracias por enseñarnos sobre lo que es el verdadero ayuno. Queremos disponernos completamente para honrarte y glorificarte antes que cualquier otra cosa. Quita toda falsa apariencia y llénanos con tu Santo Espíritu para que podamos demostrar con su fruto que estamos actuando de manera correcta. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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