Ante esto, Jezabel su esposa le dijo: ¿Y no eres tú quien manda en Israel? ¡Anda, levántate y come, que te hará bien! Yo te conseguiré el viñedo del tal Nabot.1 Reyes 21:7.
Lectura: 1 Reyes
21:1-29. Versículo del día: 1 Reyes
21:7.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura nos habla de
un hombre llamado Nabot temeroso de Dios (v. 3), quien tenía un viñedo que
colindaba con el palacio del rey Acab de Israel. Acab, entonces quiso comprárselo
y ante la negativa de Nabot se deprimió y no comió. Como Acab era un hombre
falto de carácter, se dejaba manipular por toda la maldad que encerraba el corazón de
Jezabel su esposa, hasta el punto de matar siempre incitado por ella. Así fue
como esta mujer se las ingenió para calumniar a Nabot y sentenciarlo a muerte (vv.
7-14).
Lo importante para
resaltar es entender todo lo que una mujer puede hacer para desviar a un hombre
del camino correcto. Es necesario y creo que para hombres y mujeres es lo mismo,
ser cuidadosos en buscar al hombre o la mujer que será el cónyuge correcto.
Poner mucha atención en lo que manda la Palabra de Dios: “No formen yunta con
los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión
puede tener la luz con la oscuridad? ¿Qué
armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un
incrédulo?” (2 Corintios 6:14-15). Dicen que el amor es ciego, pero qué
tristeza que un hombre firme en la fe, se deje enceguecer al punto de renegar y
actuar contrario a sus creencias. De igual manera, las mujeres también tienen
que mirar el mismo punto si quieren evitarse grandes dolores de cabeza más
adelante.
La conducta de Jezabel
fue repugnante; y nunca hubo nadie que como Acab se prestara para ofender tanto
a Dios (vv. 25-26 en la lectura). Las consecuencias recayeron sobre su
descendencia. Para reflexionar muy profundamente.
Amado Señor: Gracias
porque tu Palabra no se equivoca y cuando Tú ordenas una cosa es porque sabes
que el cumplimiento nos traerá bendición, más la desobediencia maldición.
Enséñanos a no solamente ser oidores sino también hacedores de tu Palabra para
evitarnos futuras consecuencias. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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