Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes.Lucas 5:5.
Lucas 5:1-11. Versículo del día: Lucas 5:5.
MEDITACIÓN DIARIA
“Pero como tú me lo
mandas, echaré las redes”. Considero que
en las palabras de Pedro se entrelazan muchas cosas: obediencia, humildad,
confianza, sinceridad y despego. Digo despego porque Pedro era un pescador y su
oficio lo sabía hacer muy bien; él, experimentado en su trabajo sabía que de
día no era tan fácil pescar; sin embargo, al escuchar las palabras del Señor
dejó a un lado su conocimiento y experiencia, importándole más el obedecer y
llevar la barca hacia aguas más profundas para echar allí las redes. Su entrega
genuina tuvo resultados asombrosos: “recogieron una cantidad
tan grande de peces que las redes se les rompían” (v. 6). Al ver tan milagrosa
pesca, Pedro cae de rodillas ante Él y se reconoce como hombre pecador. El Señor lo ánima diciéndole: “—No temas; desde ahora serás pescador de hombres” (v. 10b).
Tenemos que ir mar
adentro hacia aguas más profundas, y
desprendernos de todo lo que nos ata y no nos deja dar el paso mandado. Tener
una actitud como la de Pedro, es necesaria en la vida. A veces enfrentamos
situaciones que ante nuestros ojos son ilógicas; que no les vemos ni píes ni
cabeza. Sin embargo existe un ‘pero’, un ‘pero’ que vale muchísimo más de lo
que nos podemos imaginar. Un ‘pero’ que encierra el dominio y poder del Señor. Lo único que tenemos que hacer, es ser
obedientes a su voz y dar el paso de confianza para adentrarnos en el mar. Si
el Señor lo ha dicho, solamente nos basta con creerle.
Amado Señor: Gracias
porque a nosotros también nos has llamado y persuadido a adentrarnos en el mar,
pero nos ha faltado entereza y valor para lanzarnos. Te pedimos que nos enseñes
a escucharte y echar también las redes, confiados en que vas adelante y que
lograremos tener éxito, porque simplemente tú lo has dicho.
Un abrazo y
bendiciones.
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