martes, 25 de febrero de 2014

Sin dejar que nuestros ojos se contaminen




Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. 
Lucas 11:34.


Lectura: Lucas 11:33-36.  Versículo del día: Lucas 11:34.

MEDITACIÓN DIARIA

Dicen que los ojos son el reflejo del alma y la Biblia nos lo corrobora al afirmar que son la lámpara del cuerpo. “Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad”.  Los ojos del cristiano deben de ser transparentes y para ser transparentes necesitan estar limpios.  No se puede permitir que los ojos se contaminen y vean lo que no les corresponde. Le haría daño a todo nuestro ser. “Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo” (Friedrich Hebbel).
Si Jesús es luz, entonces nosotros estamos rodeados de su luz y no podemos darle cabida a las tinieblas.  Se debe desechar todo lo que nos quite la vista hacia el Señor. Las artimañas de Satanás han invadido la tecnología. Las divulgaciones allí, sobre  inmoralidad sexual son abrumadoras.  Hay que ser cautelosos  y utilizar la tecnología para glorificar a Dios; de lo contrario dejaríamos que el enemigo cumpla su cometido y nos desvíe hacia el pecado.    “Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno Mateo 5:28-29).
Si la Palabra de Dios es una lámpara que nos alumbra el camino que debemos seguir (Salmo119:105), entonces llenémonos de ella y empecemos a practicarla de manera que nuestros ojos se acostumbren a esa luz, y nos lleven por sendas cada día más luminosas que nos permitan brillar aun en medio de oscuras noches.

Amado Señor: Tú eres la luz de nuestras vidas. Te pedimos que nos sostengas siempre en ella, para que los que no te conocen vean los destellos con los que nos alumbras y esos rayos caigan hasta ellos, irradiándoles un nuevo camino.

Un abrazo y bendiciones.

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