Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad.Lucas 11:34.
Lectura: Lucas
11:33-36. Versículo del día: Lucas
11:34.
MEDITACIÓN DIARIA
Dicen que los ojos son
el reflejo del alma y la Biblia nos lo corrobora al afirmar que son la lámpara
del cuerpo. “Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si
está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad”. Los ojos del cristiano deben de ser
transparentes y para ser transparentes necesitan estar limpios. No se puede permitir que los ojos se
contaminen y vean lo que no les corresponde. Le haría daño a todo nuestro ser. “Los
ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo” (Friedrich Hebbel).
Si Jesús es luz,
entonces nosotros estamos rodeados de su luz y no podemos darle cabida a las
tinieblas. Se debe desechar todo lo que
nos quite la vista hacia el Señor. Las artimañas de Satanás han invadido la
tecnología. Las divulgaciones allí, sobre inmoralidad sexual son abrumadoras. Hay que ser cautelosos y utilizar la tecnología para glorificar a
Dios; de lo contrario dejaríamos que el enemigo cumpla su cometido y nos desvíe
hacia el pecado. “Pero
yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido
adulterio con ella en el corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar,
sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que
todo él sea arrojado al infierno Mateo 5:28-29).
Si la Palabra de Dios
es una lámpara que nos alumbra el camino que debemos seguir (Salmo119:105),
entonces llenémonos de ella y empecemos a practicarla de manera que nuestros
ojos se acostumbren a esa luz, y nos lleven por sendas cada día más luminosas
que nos permitan brillar aun en medio de oscuras noches.
Amado Señor: Tú eres la
luz de nuestras vidas. Te pedimos que nos sostengas siempre en ella, para que
los que no te conocen vean los destellos con los que nos alumbras y esos rayos
caigan hasta ellos, irradiándoles un nuevo camino.
Un abrazo y
bendiciones.
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