—¿A qué se parece el reino de Dios? —continuó Jesús—. ¿Con qué voy a compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerto. Creció hasta convertirse en un árbol, y las aves anidaron en sus ramasLucas 11:18-19.
Lectura: Lucas
11:18-21. Versículos del día: Lucas
11:18-19
MEDITACIÓN DIARIA
El grano de mostaza es
demasiado pequeño; al sembrarlo, su planta se vuelve un gran árbol con hojas
fuertes y grandes que sirven de sombra a los que se resguardan en ella. Así es
la iglesia del Señor. El crecimiento en la iglesia cristiana se va
desarrollando igual que la semilla de mostaza que empieza minúscula, para ir
poco a poco levantándose hasta acoger bajo sus ramas a las aves que hicieron allí sus
nidos. La iglesia es la esposa del Señor
(Efesios 5:25-27) y está lista para albergar a todo el que quiera refugiarse en
ella; al final, preparada como novia hermosamente vestida para su prometido (Apocalipsis
21:2), resplandecerá con la gloria de
Dios (Apocalipsis 21:11).
El Señor instruyó a doce que muy pronto
después de su ascensión al cielo se convirtieron en miles (Hechos 2:41). Más tarde el apóstol Pablo llevó el mensaje
hasta quedar tranquilo sobre su obra: “Éste es el evangelio que ustedes oyeron
y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo,
Pablo, he llegado a ser servidor” (Colosenses 1:23). El reino de los cielos se irá expandiendo y
al final toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor (Filipenses 2:10-11).
Lo que nos concierne es
reflexionar y preguntarnos ¿hasta dónde estamos sembrando esa semilla para que
siga extendiéndose el reino de los cielos?
Amado Señor: Nosotros
somos aquí los llamados a cultivar la semilla de mostaza. Te pedimos denuedo
para esparcirla por donde quiera que vayamos y así contribuir a la grandeza de
tu reino celestial.
Un abrazo y
bendiciones.
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