miércoles, 5 de febrero de 2014

Ese "todo" le corresponde al Señor




La gente estaba sumamente asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos. 
Marcos 7:37.


Lectura: Marcos 7:24-37.  Versículo del día: Marcos 7:37.

MEDITACIÓN DIARIA

“Todo lo hace bien”.  Solo el Señor tiene la capacidad de hacer todo bien.  Nosotros quizá hagamos algunas cosas bien pero otras no nos saldrán tan bien como deseamos.  Por ejemplo: unas personas son idóneas en sus pinturas, otras en diseño, otras en música, etc., etc.; pero no encontraremos una que todo lo haga y lo haga bien. Claro que si buscamos la excelencia, trataremos de llegar a hacer lo que emprendamos de la mejor manera. De hecho esa es nuestra obligación. Pero siendo honestos, nunca llegaremos a la perfección total; ese “todo” absolutamente “todo” no cabe porque ese campo solo le corresponde al Señor.  Él si sabe hacer “todo” perfecto y nada que le pidamos para nuestro bienestar, lo hará mal.
Lo que sucede es que no todas nuestras peticiones serán contestadas: Dios puede decir no; más tarde, o ya.  No podemos creer que cuando nos dice ‘no’ es porque no le interesamos o porque por capricho no nos va a conceder ese ruego; es porque en sus planes hay algo mejor y sabe que eso no nos conviene.  Muy seguramente con el tiempo, caeremos en cuenta del porqué de su negación.  Otras veces nos dice: ‘espera’ y no sabemos esperar.  Entonces por nuestro propio afán nos estamos perdiendo la bendición.  Cuando nos dice ‘sí’ e inmediatamente tenemos la respuesta, nos desbordamos de alegría y salimos a pregonarlo, así como lo hizo el sordomudo (v. 36).
En mi concepto también deberíamos aprender a pregonar tanto lo respondido como lo que no ha sido contestado; al fin y al cabo Él es soberano y no por eso podemos quitarle o menguarle su gloria y poder.
Aprendamos dos cosas de este devocional: una, a buscar la excelencia en lo que hagamos y la segunda a ser agradecidos con el Señor en toda ocasión: “den gracias a Dios en toda situación” (1 Tesalonicenses 5:18).

Amado Señor: Muchas gracias por enseñarnos tu Palabra y entender que debemos buscar la excelencia pero no la perfección porque como humanos somos imperfectos. Gracias también por aprender a acatar tus designios y saber que deseas lo mejor para nuestras vidas. ¡Te amos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: