Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.Marcos 8:35.
Lectura: Marcos 8: 14-41. Versículo del día: Marcos 8:35.
MEDITACIÓN DIARIA
Quizá te has dado cuenta de tus
cualidades y talentos y has surgido a raíz de los mismos. O tal vez eres el primero de la clase y tus
profesores te tienen en alto. ¡Muy bien
por esos logros! Lo importante es que no
se te olvide quien te los regaló; quien te ha dado la oportunidad de surgir en
la vida y el ego se te suba y llegues a creer lo que Satanás te meta en la
cabeza. Recordemos que eso fue lo que
hizo con Adán y Eva, engañándolos y haciéndoles creer que si comían del fruto
prohibido serían como Dios. Muy
seguramente no te creerás como Dios pero sí lo pondrás por debajo de ti mismo y
de tus resultados alcanzados. El hombre
se prueba ante las alabanzas recibidas (Proverbios 27:21). Dice también la Biblia: “Nadie tenga un
concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo
con moderación” (Romanos 12:3). Estos versículos nos ayudan a poner los píes
sobre la tierra.
Pero miremos el versículo del día
y aprendamos lo que nos dice; en el reino de Dios, las cosas se miden por otros
lados. Jesús sabiendo lo que sus
discípulos discutían, muy pausadamente les hizo sentarse y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos”; y como
si fuera poco hay una condición:
tienes que ser “servidor de todos” y esto
es lo que difícilmente hemos aprendido dentro del cristianismo. El don del
servicio debería ser uno de los más buscados dentro de la feligresía, pero se
nos ha olvidado la importancia que tiene para el Señor el servir a los
demás. Tal vez, pienses que en tu
iglesia hay un ministerio exclusivo de servicio para el necesitado y con eso te
basta. Sin embargo Dios está buscando
siervos que pueda transformar en amigos, y esto porque la verdadera amistad
exige mucho servicio: eso hace la diferencia entre amigo y conocido. Teresa de Calcuta repetía la siguiente frase:
‘Quien no vive para servir no sirve para vivir’. Partamos del hecho de que
todos necesitamos de todos; no somos ‘Llaneros solitarios’ somos parte de una sociedad en la que tenemos
tanto derechos como deberes y el servicio es uno de ellos. Infortunadamente nos
hemos acostumbrados a: ‘primero yo, segundo yo y tercero también’. Dios quiere que pongamos en práctica el
servicio y si nos decimos cristianos, empecemos a demostrarlo para que los
demás vean que somos diferentes. Así
seremos los primeros ante Dios.
Amado Señor: Queremos servir como
es tu voluntad que lo hagamos. Perdónanos
porque hemos sido renuentes a practicar el don de servicio. Te pedimos que
pongas en nuestros corazones el hacerlo con agrado, entendiendo que al servir
al prójimo lo estamos haciendo ante todo contigo. Gracias Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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