Y dondequiera que iba, en pueblos, ciudades o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas. Le suplicaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto, y quienes lo tocaban quedaban sanos.Marcos 6:56.
Lectura: Marcos 6:30-56. Versículo del día: Marcos 6:56.
MEDITACIÓN DIARIA
A lo largo de la
lectura vemos como Jesús se interesa por la gente, siente compasión no
solamente por su alimento físico sino espiritual también, porque eran como
ovejas sin pastor alguno que los dirigiera y se dedica a enseñarles muchas
cosas (v.34). Comprende a la multitud
que cansada, agobiada y con hambre se acerca a El para recibir algo que les calme
su necesidad. Entonces, multiplica los
panes y peces para ofrecerles algo de comer; y dice el versículo 42 que todos
comieron hasta quedar satisfechos.
Al otro día, pasan al
otro lado del lago, y llegan a la región de Genesaret. Allí la gente tenía más necesidad de calmar
sus dolencias y pensaban en esto antes que buscar un alimento. Le llevaban en camillas a los que tenían
alguna enfermedad (v. 55), y por donde quiera que pasara el Señor, iba dejando
una huella de su amor. La fe de ellos
llegó hasta el punto de creer que con solo tocar el borde de su manto quedarían
sanos. Esa es la esencia de este
devocional: tocar aunque sea el borde de su manto.
Quizá también se va por
el mundo sin rumbo conocido, enfrentando desilusiones y tristezas a lo largo
del recorrido hasta llegar a encontrar a Jesús de Nazaret. Solamente se necesita una fe pequeña siquiera
como un grano de mostaza y rendirle la vida completamente a Él. Solamente se necesita alcanzar a tocar el
borde de su manto para recibir aquello que nada ni nadie puede dar: la
salvación envuelta en ese borde rodeada de amor, compasión, ternura y bondad; y toda esta borla envuelta como el mejor
regalo donde se encuentra sanidad, paz, bienestar, perdón, reconciliación con Dios y a la vez con quienes
se estaba en conflicto.
¿Deseas al menos tocar
el borde de su manto? Es muy fácil,
solamente tienes que rendir tu corazón y ponerlo a su disposición. Si es tu
deseo te puedo guiar en una oración a Jesús:
Amado Señor Jesús:
Gracias porque hoy has venido hasta el otro lado del lago de mi vida donde no
tengo nada para ofrecerte porque todo ha sido seco y sombrío hasta ahora. Permíteme tocar el borde de tu manto; quiero
entregarte mi vida llena de desilusiones y pecados para quedar completamente
sano. Gracias Señor por escucharme y permitirme llegar hacia ti; gracias por
darme la sanidad física y espiritual que tanto necesito.
Un abrazo y
bendiciones.
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