martes, 4 de febrero de 2014

Tocar el borde de su manto




Y dondequiera que iba, en pueblos, ciudades o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas. Le suplicaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto, y quienes lo tocaban quedaban sanos.
 Marcos 6:56.


Lectura: Marcos 6:30-56.  Versículo del día: Marcos 6:56.

MEDITACIÓN DIARIA

A lo largo de la lectura vemos como Jesús se interesa por la gente, siente compasión no solamente por su alimento físico sino espiritual también, porque eran como ovejas sin pastor alguno que los dirigiera y se dedica a enseñarles muchas cosas (v.34).  Comprende a la multitud que cansada, agobiada y con hambre se acerca a El para recibir algo que les calme su necesidad.  Entonces, multiplica los panes y peces para ofrecerles algo de comer; y dice el versículo 42 que todos comieron hasta quedar satisfechos.
Al otro día, pasan al otro lado del lago, y llegan a la región de Genesaret.  Allí la gente tenía más necesidad de calmar sus dolencias y pensaban en esto antes que buscar un alimento.  Le llevaban en camillas a los que tenían alguna enfermedad (v. 55), y por donde quiera que pasara el Señor, iba dejando una huella de su amor.  La fe de ellos llegó hasta el punto de creer que con solo tocar el borde de su manto quedarían sanos.  Esa es la esencia de este devocional: tocar aunque sea el borde de su manto.
Quizá también se va por el mundo sin rumbo conocido, enfrentando desilusiones y tristezas a lo largo del recorrido hasta llegar a encontrar a Jesús de Nazaret.  Solamente se necesita una fe pequeña siquiera como un grano de mostaza y rendirle la vida completamente a Él.  Solamente se necesita alcanzar a tocar el borde de su manto para recibir aquello que nada ni nadie puede dar: la salvación envuelta en ese borde rodeada de amor, compasión, ternura y bondad;  y toda esta borla envuelta como el mejor regalo donde se encuentra sanidad, paz, bienestar, perdón,  reconciliación con Dios y a la vez con quienes se estaba en conflicto.
¿Deseas al menos tocar el borde de su manto?  Es muy fácil, solamente tienes que rendir tu corazón y ponerlo a su disposición. Si es tu deseo te puedo guiar en una oración a Jesús:

Amado Señor Jesús: Gracias porque hoy has venido hasta el otro lado del lago de mi vida donde no tengo nada para ofrecerte porque todo ha sido seco y sombrío hasta ahora.  Permíteme tocar el borde de tu manto; quiero entregarte mi vida llena de desilusiones y pecados para quedar completamente sano. Gracias Señor por escucharme y permitirme llegar hacia ti; gracias por darme la sanidad física y espiritual que tanto necesito.

Un abrazo y bendiciones.

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