sábado, 15 de febrero de 2014

Ante Él se doblará toda rodilla



He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, y por mí jurará toda lengua. 
Isaías 45:23.


Lectura: Isaías 45:10-25.  Versículo del día: Isaías 45:23.

No solamente nos lo dice el profeta Isaías; nos lo vuelve a recordar el apóstol Pablo muchos años después en Romanos 14:11: “ Está escrito: «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios»”; y en Filipenses 2:9-11hablando del Señor Jesús, leemos lo siguiente: “Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo  y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Guste o no guste, Jesucristo no es un ‘señor’ más, es el Señor por excelencia; dueño y amo de todo lo existente y nadie le puede arrebatar lo que es suyo. Él es el Rey de reyes y Señor de señores. Esto que dice la Biblia no es una mentira, es una realidad donde toda persona sea ya cristiana o no, se denomine como ateo, o indiferente, judío, musulmán, o budista se inclinará ante el nombre de Jesús. Muchos lo harán por convicción y creo que otros porque los cogerá con extrañeza, miedo y terror.  Pero todos, todos, absolutamente a todos les llegará el momento de confrontarse con Dios y reconocer que Él es el único digno de recibir toda honra, gloria y honor.  Nos lo confirma Apocalipsis cuando el ángel preguntaba a gran voz, ¿quién era digno de romper los sellos y abrir el libro? No había nadie digno de hacerlo y Juan lloraba por ello: “Uno de los ancianos me dijo: ¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos»” (Apocalipsis 5:5).  Por eso más adelante nos reafirma que con  su sangre compró para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación y ante Él se doblará toda rodilla tanto en el cielo, como en la tierra y debajo de la tierra (Apocalipsis 5:11-14). 
Dios espera que tú decidas hoy reconocer que Jesús es el Señor. Lo quieras o no, tendrás que bajar la cabeza y tu rodilla se doblará ante el nombre del Señor. Por eso, te aconsejo que lo mejor es hacerlo ahora y no cuando ya no tengas la oportunidad de salvarte.  Estamos en el periodo de la gracia, del regalo, del don que Dios nos dio a través de Jesucristo; acéptalo a Él y tendrás vida eterna a su lado.

Amado Señor: Te damos gracias porque nos permitiste conocerte y como escogidos tuyos, estar delante de ti aquí en la tierra y luego en el cielo alabando y honrando tu Nombre, dándote toda la gloria y poder por los siglos de los siglos.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: