viernes, 14 de febrero de 2014

Su resurrección marca la victoria del cristiano




—No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. 
Marcos 16:6.


Lectura: Marcos 16:1-20.  Versículo del día: Marcos 16:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Estas fueron las palabras que escucharon del ángel, las mujeres que fueron de mañana a visitar la tumba del Señor (vv. 1-5).  “¡Ha resucitado!”.  Las palabras que imprimen la esencia del cristianismo: el Señor resucitó.  Si no hubiese resucitado como decía Pablo, vana sería nuestra fe (1 Corintios 15:14).  Fue un acontecimiento tal, que tuvo un impacto en la humanidad. La resurrección de Cristo marcó el curso de la historia y la dividió en dos: un antes y un después.  Su muerte y resurrección impactan de tal modo que la fe cristiana está basada en lo que fue su vida total: nacimiento, ministerio, pasión, muerte, resurrección y ascensión. 
El amor de Dios Padre se manifestó al mundo a través de su Hijo Jesucristo; y Jesucristo con su resurrección triunfó sobre la muerte y el pecado.  Triunfó para que ahora nosotros tengamos vida, no solo la terrenal sino también la celestial.  Esa es nuestra esperanza futura porque: “Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales” (1 Corintios 15:19). “«La muerte ha sido devorada por la victoria». «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?     ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” (1 Corintios 15:54-57). Sí, gracias a Dios por Cristo el  Vencedor y quien nos llevará de victoria en victoria hasta llegar a la victoria final: la muerte vencida por la resurrección.

Amado Señor: Gracias porque con tu resurrección nos has dado la victoria sobre el enemigo. Gracias porque en cualquier situación somos más que vencedores y nada ni nadie podrá separarnos de ese amor innegable que nos tienes.

Un abrazo y bendiciones.

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