El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.Isaías 32:17.
Lectura: Isaías
32:9-20. Versículo del día: Isaías
32:17.
MEDITACIÓN DIARIA
Una consecuencia de la
injusticia social es la falta de paz. En
mi país, Colombia, infortunadamente se violan los derechos de las personas;
quien quiera pasa por encima del otro sin importarle lo más mínimo y de
justicia poco se sabe. De por sí entre
los funcionarios que más se ve esto, es precisamente en la Rama Judicial que es
la que tiene el encargo de impartirla.
Por esta razón todo se
mezcla en un círculo vicioso: Hay grupos al margen de la ley porque hay
injusticia social y hay injusticia social porque hay demasiada corrupción. Esto
conlleva a una falta de paz que se ha soportado por más de cinco décadas.
Hay que hacer una
profunda reflexión acerca de lo que queremos como ciudadanos y ahora que se
acercan las elecciones cumplir con el deber del sufragio votando a
conciencia. Las estadísticas demuestran
que en Colombia el pueblo cristiano asciende a cinco millones; si conocemos al
Señor y queremos un mejor mañana para nuestros hijos y nietos, entonces
forjemos el cambio. “Voy a escuchar lo
que Dios el Señor dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles, siempre y
cuando no se vuelvan a la necedad” (Salmo 85:8). Seamos sensatos; no votemos neciamente por un
color o porque éste o aquel nos dará dádivas. “En fin, el fruto de la justicia
se siembra en paz para los que hacen la paz” (Efesios 3:18). Nosotros podemos ser portadores de paz;
podemos elegir entre seguir así o ser instrumentos de un cambio.
En el mundo entero hay
necesidad de justicia y paz, oremos porque pronto podamos abrazarlas; es una
promesa de Dios, hagamos de ella una realidad: “El amor y la verdad se
encontrarán; se besarán la paz y la justicia” (Salmo 85:10). El camino para la paz se llama justicia y los cristianos tenemos que abonar ese camino.
Amado Señor: Gracias
por ser tus hijos. Gracias porque como hijos tuyos deseamos la paz prometida. Enséñanos a ser conscientes de la necesidad
de un cambio y que nosotros como herederos de la promesa, podamos forjar con
nuestro granito de arena un cambio total donde reinen la justicia y la paz.
Un abrazo y
bendiciones.
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