Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo
impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
Mateo
19:14.
Lectura: Mateo 19:13-15.
Versículo del día: Mateo 19:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Da tristeza ver que nosotros los cristianos no nos movemos
para marcar la diferencia. Seguimos como
borregos hacia el matadero, porque vemos que para allá van los demás. Bien nos dice la escritura que el reino de
los cielos es de los niños y sin embargo el mundo pareciese que dijera lo
contrario: —‘de los niños es el reino de las tinieblas’ y por lo tanto,
entonces, dejemos que Satán haga lo que quiera con ellos—.
¡De ninguna manera! Si
algo recuerdo como muy hermoso de mis primeros años de cristiana, era el hecho
de convertir cada acontecimiento en exaltación al nombre de Dios. Se le daba la vuelta por completo. Un ejemplo:
en unas elecciones presidenciales, se tenían camisetas que decían: ‘Vote por el
mejor’, ‘Vote por Jesucristo’ y cuando la gente se acercaba, nos daba la
oportunidad de compartirles y llevarlos a los píes del Señor. Ahora en días como el del 31 de octubre, no
se le hacía énfasis a nada de brujas, demonios ni fantasmas que son del reino
de las tinieblas; se les hacía una fiesta a los niños sanamente, insinuándoles
trajes alusivos a las flores, animales o profesiones para que no se sintieran
relegados y que a la vez pudieran ir conociendo lo que Dios dice en su Palabra.
Por lo general asistían con sus padres y era mucho mejor porque también se tenía el
propósito de presentar el folleto de ‘Las cuatro leyes espirituales’, y de este
modo ir divulgando la Palabra de Dios.
Todo esto se ha perdido y nos dejamos sumergir cada vez más
en un mundo que solo enaltece a Satanás y sus secuaces. Me preguntaba en estos días, viendo tan
adornado el conjunto donde vivo, si para conmemorar el nacimiento de nuestro
Salvador, iría a existir el mismo entusiasmo y despliegue que se le hizo al
Halloween. Muy seguramente no, porque ya
la fiesta de Navidad de antaño, parece que ha quedado relegada a un segundo
plano. Antes, ésta era la fiesta grande
de los niños. Todos soñaban o soñábamos
con los regalos de medianoche, pero ahora se cambió para otra fecha esperando
que lo único que den, sean dulces y bombones. Dios permita que al menos éstos no estén
contaminados.
Amado Señor: Ante todo te pedimos perdón por no tener la
entereza de hacer valer nuestros principios. Ten misericordia de todos los
niños que salen a las calles en busca de un confite, para que este no sea el
trampolín de caer en las garras de Satanás. Guarda a nuestros niños Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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