miércoles, 27 de noviembre de 2013

La iglesia es el cuerpo de Cristo que todos necesitamos



No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca. 
Hebreos 10:25.


Lectura: Hebreos 10:1-25.  Versículo del día: Hebreos 10:25.

MEDITACIÓN DIARIA

La iglesia de Cristo es una sola; no es la de determinada denominación.  Tampoco viene a ser la estructura o edificio.  Eso se veía en el Antiguo Testamento, pero en el Nuevo vemos que el Señor Jesucristo con su muerte rompió el velo del templo, el que conducía al Lugar Santísimo, queriendo decir que todo el que se acerca a Él, puede tener una comunicación directa también con Él.  “Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo,  por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo” (vv.19-20 en la lectura).
La Palabra de Dios nos hace un llamado a no dejar de congregarnos porque Dios sabe que al hacerlo nos enfriamos.  Necesitamos del calor mutuo para proseguir y tomar nuevas fuerzas.  Tampoco Dios quiere que hagamos de las iglesias locales, el sitio de ‘reunión social’; el de solamente ir por mostrarnos o por cumplir un compromiso.  No podemos pensar que pasamos de una tradición para seguir en otra de la misma manera.  Eso no es lo que Dios desea que sea su iglesia; Dios quiere que seamos parte integral de ella y que si sufrimos o gozamos, todo el cuerpo sienta como miembro exactamente igual.  Estoy segura, que nos pasa con frecuencia llegar cargados una mañana a congregarnos, y ver cómo Dios nos habla exactamente sobre el tema a través del pastor o predicador.  Otras veces no es el pastor; es la alabanza misma que nos quebranta o el testimonio de un hermano o hermana.  Dios sabe como llegarnos y es experto en utilizar el medio o método exacto. 
Necesitamos esa comunión y la tenemos a disposición: aprovechémosla que será de gran beneficio no solo espiritual, sino físico y emocional. Aceptemos este llamado como la recomendación especial que nos hace el Señor para poder alimentarnos y crecer unidos como cuerpo de Cristo: “Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él” (1 Corintios 12:27 Recomiendo leer desde el versículo 12).   

Amado Señor: Gracias por la congregación donde nos has puesto.  Seguro que es la que necesitamos para aprender de Ti e ir edificándonos en tu Palabra.  No permitas que nos alejemos sino al contrario, que seamos parte activa de ella.  Te rogamos también, por todos los que ministran en esa misión  que les has concedido, para que los sostengas y cada día les des visión y discernimiento para dirigir a tu pueblo.

Un abrazo y bendiciones.

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