jueves, 7 de noviembre de 2013

El Señor nos invita a descansar




Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. 
Mateo 11:28.


Lectura: Mateo 11:25-30.  Versículo del día: Mateo 11:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Hay días en que amanecemos agobiados y nos sentimos cansados por las faenas y quehaceres que sabemos tenemos que cumplir; y el tiempo que no es buen aliado, cuando estamos apurados se pasa como el vuelo.
Con el permiso de los caballeros, diría yo, que nosotras las mujeres, tenemos mucho más de qué preocuparnos, porque el manejo del hogar no es cosa fácil.  Una mujer, por más que sea ejecutiva sabe de antemano, que su primer trabajo es ser buena ama de casa.  Mirando desde esta perspectiva es que considero que a los señores les toca más liviana la carga.
Dios nos llama a ser mujeres sabias, que edifiquemos bien la casa, y un hogar demanda tener la mirada puesta en muchas actividades a la vez.  Gracias a Dios, Él nos ha dado esta capacidad. Pues una mujer puede estar resolviendo un problema por teléfono y al mismo tiempo, preparando una comida o cambiando al bebé.  Quizá esta hiperactividad es la que de un momento a otro saca la mano, y vemos que las fuerzas no dan más.  Entonces, el hecho de no terminar las labores como se deseaban nos irrita y estresa.  Ahí es cuando tenemos que parar; hacer un alto y voltear la mirada hacia el Señor que es quien nos ofrece el verdadero descanso: “Carguen con mi yugo y aprendan de mí” (v. 29).
El Señor sabe de nuestras debilidades y conoce nuestro cansancio porque Él también ejerciendo su ministerio se cansó y buscó un lugar apacible y tranquilo, para descansar junto con sus discípulos (Marcos 6:31).
Aprendamos a no dejarnos agobiar por las circunstancias para que éstas no nos pesen más de lo que hacen las rutinas de trabajo diarias.  El reposo es más que necesario para el cuerpo y pensemos que si queremos abarcarlo todo, muy pronto vamos a desfallecer.

Amado Señor: Gracias porque tú eres la fuente inagotable del descanso. Gracias porque tu yugo es suave y ligera de llevar.  Enséñanos a depender de ti en medio del sosiego que necesitamos.

Un abrazo y bendiciones.  

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