jueves, 28 de noviembre de 2013

Comisionados generación tras generación




Mis labios pronunciarán parábolas y evocarán misterios de antaño,  cosas que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado.  
 Salmo 78:2-3.


Lectura: Salmo 78:1- 31.  Versículos del día: Salmo 78:2-3.

MEDITACIÓN DIARIA

Sí, lo digo y repito una y otra vez: es imposible quedarnos callados y no testificar de las bondades del Señor. La Palabra de Dios, debe seguir generación tras generación y por eso mi oración es diciéndole al Señor que me permita conocer a mis nietos, para hablarles a ellos de las hazañas alcanzadas por su clemencia en nuestras vidas. “No las esconderemos de sus descendientes; hablaremos a la generación venidera del poder del Señor, de sus proezas,  y de las maravillas que ha realizado” (v. 4). Y para que ellos a su vez continúen de igual manera la obra comenzada, y el mensaje de salvación se vaya difundiendo a pesar de los años que transcurran (vv. 5b y 6).  Dice el Salmo más adelante, que para que ellos también pongan su confianza en el Señor y no se olviden de su grandeza sino que más bien se dediquen a cumplir sus mandamientos (v. 7).
Nos corresponde entonces, a nosotros que vamos adelante, ir dejando una huella indestructible en los corazones de nuestros hijos para que  la vayan traspasando a los suyos.  Somos los edificadores de nuestro hogar; fijémonos muy bien sobre las bases que estamos construyendo y estemos listos a ofrecer la sabiduría y el discernimiento que el Señor nos ha brindado, cada vez que los jóvenes se acerquen  a pedirnos consejo o ayuda.  Este ejemplo lo seguirán, y se cumplirá el deseo del Señor, de trasmitir el mensaje de salvación generación tras generación. 
Si hay algo que enternece es recordar la oración del Señor por los que habrían de llegar: “No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos” (Juan 17:20).  Aquí, entramos también nosotros: el mensaje que dejemos a las generaciones futuras.

Amado Padre celestial: Te damos gracias por tenernos en cuenta como privilegiado y a la vez comisionados para transmitir el mensaje de salvación a nuestros sucesores de manera primordial, y testificar sobre todo tu poder para sacarnos adelante con brazo victorioso en el transcurso de nuestra vida.

Un abrazo y bendiciones.

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