miércoles, 13 de noviembre de 2013

La vida íntima con el Señor construída sobre la verdad



Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría. 
Salmo 51:6.


Lectura: Salmo 51:1-19.  Versículo del día: Salmo 51:6.

MEDITACIÓN DIARIA

En el mundo podemos engañar, pero a Dios es imposible hacerlo. Nuestra relación íntima con el Señor debe ser, de completamente sinceridad.  Hablemos por ejemplo del devocional diario personal: “Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” (Mateo 6:6). Es ahí donde podemos mostrarnos ante el Señor tal como somos y es ahí también donde Él hablará a nuestro corazón y nos enseñará su sabiduría: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti” (Salmo 32:8).  En ese rato de intimidad con Dios, es que recibiremos sus consejos y sabremos por dónde ir. Dios conoce todo lo nuestro pero desea que nos sinceremos con Él. No sacamos nada con guardarle secretos. Dios por medio de Jesucristo los juzgará todos (Romanos 2:16).
Este Salmo de David, nos muestra un profundo arrepentimiento por su pecado y a la vez nos enseña sobre un corazón transparente hacia el Señor. Por lo mismo es que el corazón debe de ser guardado como tesoro apreciable, para que no se contamine ni se desvíe del camino a seguir.
Caminemos sabiendo que Dios apreciará nuestra verdad, porque Él es la verdad y eso mismo desea que los suyos practiquen. Si Él es verdad, y su Palabra es verdad, esa verdad es la que tenemos que reflejar ante el mundo. Esa es la vida íntima que debemos desarrollar cada nuevo día. No podemos pretender ser sinceros con Dios solo mientras estamos en oración o en la iglesia; si salimos y echamos por fuera esa verdad, es porque la verdad no mora en nosotros.  
“Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón” (Proverbios 3:3); “Compra la verdad, y no la vendas” (Proverbios 23:23 VRV).

Amado Señor: ¡Tú eres la verdad y amas la verdad! Gracias por enseñarnos tu verdad. Queremos mostrarnos ante ti, tal como somos; sin máscaras ni disfraces que disimulen nuestros pecados. Ambicionamos ser trasparentes y recibir de ti toda la sabiduría que tienes a nuestra disposición para que llevemos una vida íntegra como es tu voluntad.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: