sábado, 16 de noviembre de 2013

Su compasión no se hace esperar

“Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré,  hasta que haya pasado el peligro.  
 Salmo 57:1.


Lectura: Salmo 57:1-12.  Versículo del día: Salmo 57:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Aunque vengan vientos huracanados el Señor no permitirá que nos derrumbemos.  Cuántas veces hemos tenido que acudir a Él para una vez más palpar su protección y su fidelidad hacia nosotros.  Es que día tras día, en diferentes circunstancias y en especial respecto a la salud, Dios ha permitido que con familiares y seres queridos, lleguen ráfagas de aire borrascosas que nos hacen nuevamente clamarle y refugiarnos en sus alas, hasta que el peligro pase.  En verdad,  nos asombra realmente su amor y misericordia: su respuesta no se hace esperar. “Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia y protector de los que en él confían” (Nahúm 1:7). 
Dios como buen Padre, siempre está ocupado cuidando a sus hijitos. ¡Cuánto nos ama! Y muy seguramente muchos de nosotros pasamos inadvertidos tanto amor y dedicación.  No alcanzamos a lanzar el primer ‘¡Ay!’, cuando ya acude a tendernos sus brazos y envolvernos protectoramente, para darnos calor y abrigo. Y se agacha hacia nosotros, para Él mismo curarnos las heridas: “Por sus llagas fuimos sanados” (Isaías ).  
Ante tanta compasión, ternura y protección, yo por lo menos no puedo dejar de exclamar igual que David: “¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!  El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador, es mi Dios, el peñasco en que me refugio.  Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!” (Salmo 18:1-2).  Definitivamente Señor, Tú lo eres todo, porque Tú lo abarcas todo y para Ti, todo es posible.

Amado Señor: No hay palabras para expresar tanto amor y bondad que momento tras momento derramas sobre nuestras vidas.  Gracias buen Jesús porque no merecemos tanta dedicación y fidelidad de tu parte.  Siempre nos miras con amor y ternura, mientras nosotros muy poco te damos a cambio.  Gracias buen Dios, porque tu misericordia incluye a todo nuestro ser y a todos nuestros allegados. ¡Continuamente nos sorprendes Amado mío!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: